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agosto

2016.

Volumen

15

-

N

°

65

interrogan dirigidamente a la madre, negando el

antecedente de traumatismo o claudicación de la

marcha previa. Se decide hospitalizar, iniciando

tratamiento con ceftriaxona-amikacina.

Considerando la ubicación retroperitoneal de la

colección, se cambia el esquema antibiótico por

ampicilina-sulbactam asociado a amikacina para

ampliar la cobertura.

Durante

la

hospitalización

evoluciona

favorablemente, se mantiene afebril, con notable

disminución del dolor abdominal y normalización

de parámetros inflamatorios al tercer día. Ante

este escenario, poco compatible con etiología

infecciosa, el equipo tratante amplia los

diagnósticos diferenciales. Es evaluado por el

equipo de cirugía de columna, desestimando

una lesión vertebral contigua.

Ante la duda planteada sobre la etiología

infecciosa del cuadro, se reinterroga a la madre por

el antecedente de lesión, quien en esta oportunidad

señala un posible traumatismo días previos al

inicio del cuadro, hipótesis que posteriormente

es corroborada por el padre, describiendo golpe

en fosa lumbar izquierda con un saco de boxeo

(puching ball) cuatro días antes del inicio de la

sintomatología, jugando con su perro “veneno”,

por lo que se plantea como nuevo diagnóstico

principal un hematoma del músculo PSOAS

izquierdo probablemente sobreinfectado.

Se realiza ecotomografía de control, que no

muestra cambios significativos en comparación

con la imagen previa, leve disminución en el

diámetro de la colección. Dada la evolución clínica

favorable y la rápida normalización de parámetros

de laboratorio, se desestima la posibilidad de

punción para precisar la etiología de la lesión.

Se interconsulta a hematología quienes descartan

la posibilidad de una discrasia sanguínea

dados tiempo de protrombina (TP), tiempo de

tromboplastinaparcial activada (TTPK), fibrinógeno

y tiempo de sangría sin alteraciones.

Tras completar

6

días de manejo antibiótico

endovenoso, considerando la evolución favorable

y la alta probabilidad clínica que la lesión

corresponda a un hematoma del músculo PSOAS

izquierdo, se decide cambio a antibiótico oral

(amoxicilina-ácido clavulánico) y se indica alta

médica para completar tratamiento antibiótico de

21

días y control en forma ambulatoria.

Dos semanas posteriores al alta, se realiza control

ecográfico abdominal que no muestra alteraciones

a nivel del músculo PSOAS izquierdo (figura

2

).

Además es evaluado por pediatría y kinesiología,

catalogando el examen físico como normal. Su

estudio fue complementado con determinaciones

de Factor VIII, Factor Von Willebrand, Cofactor

Ristocetina, Prueba de unión a colágeno y Factor

IX, en el Laboratorio clínico de la Universidad

Católica, cuyos resultados fueron normales.

Un último control clínico al mes de su alta muestra

un niño asintomático, en excelentes condiciones

generales. Kinesiólogo efectúa una última

evaluación de su función muscular, que resulta

normal, por lo cual se da de alta definitiva.

Discusión

Los músculos PSOAS e ilíaco que en conjunto

forman el iliopsoas, son poderosos flexores del

tronco y muslo, contribuyendo a mantener la

postura y a la estabilización de la cadera.

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