

abril
2016.
Volumen
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N
°
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mate, aunque más de alguna vez también chicha
de manzana, ronpon o mistela.
Otra manera de integrarnos a la comunidad fue a
través de la participación en el Club de Pumas local,
asociación de juego de pin pon, incorporación al
conjunto de música de Calbuco y al campeonato
de football. En Calbuco sólo se jugaba Basket
ball en la cancha techada del Gimnasio comunal.
Por interés y motivación personal, creé y
presidí la asociación de Baby football local,
generando 6 equipos (hospital, magisterio,
bancarios, municipalidad, Indap y carabineros).
De ese momento en adelante el Baby football
sería el deporte techado por excelencia.
Nuestros contactos con el hospital San Francisco
de Borja de Santiago, permitieron establecer un
convenio docente asistencial,
pudiendo contar
con alumnos, internos, becados chilenos y
extranjeros (Cuba, Colombia, Estados Unidos).
Ello nos permitió participar en las tareas docentes.
Muchos de estos internos posteriormente
volvieron al mismo Calbuco u otro hospital de
la Región como Médico General de Zona. Entre
ellos el Dr. Andrés Yuricic, hijo del Dr. Bogoslav
Yuricic, creador del Programa de MGZ.
Estábamos tan entusiasmados con nuestra labor,
que no percibimos el
clima de beligerancia y
división del país.
De tal modo que ya bastante
transcurrida la mañana del
11
de septiembre
de
1973
, supimos que había habido un golpe
de estado en el país y que la conducción del
gobierno había sido asumida por los militares.
La visita del Jefe de plaza, General Sergio Leigh
Guzmán (hermano del integrante de la Junta de
gobierno), nos ubicó claramente en lo que venía.
Luego de un corto período de planificación,
seguimos trabajando casi igual que siempre. El
hospital y su equipo gozaban de un prestigio
ganado con esfuerzo y perseverancia.
Dado que no estaban permitidas las actividades
de grupo y ya transcurridas algunas semanas,
acogiendo la sugerencia de los colegas me
comuniqué con el Jefe de Plaza de Calbuco
(Comisario Carrasco en grado de Mayor). Con el
mayor respeto le solicité nos permitiera reiniciar
nuestras partidas de naipes (en esa época el
“poto sucio” y la “podrida”). El mayor Carrasco
nos otorgó el permiso, aunque con una condición:
También quería integrarse a dichas partidas.
Por diversas razones, Calbuco fue privilegiado en
ese período turbulento. Solo fue exonerado el
Director del hospital, quien pudo hacer su beca
de perfeccionamiento en Oncología en Santiago.
Hoy, radicado en España, fue Director del hospital
de Valencia por varios años. Al año siguiente
(
1974
), el Dr. S. Aitken retornó a Santiago a hacer
una beca de Obstetricia. Previo a su partida,
en
1972
, había llegado el Dr. Hugo González
Dettoni, quien era un excelente médico clínico
con inclinaciones hacia la Medicina Interna.
Siendo Director del hospital, un día viernes,
una madre agradecida por haber recuperado
la salud de su hijo, me llevó una gallina viva.
Otro paciente me había llevado el mismo día un
chuico de chicha de manzana. Ambos quedaron
olvidados en la oficina de la Dirección. Al llegar
el día lunes me llevé una gran sorpresa. El
chuico de chicha había fermentado y saltado el
corcho y derramado en el piso. La gallina con
hambre y sed, bebió lo único que tenía a su
alcance (la chicha de manzana). Borracha a más
no poder y con diarrea, despreocupadamente
se hizo en toda la correspondencia dispersa en
la oficina (especialmente los confidenciales),
quedando literalmente “la gran cagada”.
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