Genética Clínica
Vida saludable se vincula con menores tasas de eventos coronarios
A pesar de la predisposición genética de los pacientes, los factores modificables como el ejercicio y la dieta permiten disminuir en un 50% el riesgo de sufrir enfermedades al corazón.
Tanto los componentes genéticos como el estilo de vida son factores determinantes para la incidencia de la enfermedad de las arterias coronarias. Sin embargo, se desconoce la medida en que la susceptibilidad patológica dependiente de los genes puede ser compensada por conductas saludables.
Amit V. Khera y especialistas del Centro de Investigación Genética Humana del Hospital General de Massachusetts, utilizaron una puntuación de secuencias correspondientes a polimorfismos de ADN, que cuantificó el riesgo genético para la enfermedad coronaria en tres cohortes prospectivas: 7.814 participantes del estudio ARIC (Atherosclerosis Risk in Communities), 21.222 del Estudio de Salud del Genoma de la Mujer (WGHS), y 22.389 del Estudio del Cáncer y Dieta de Malmö (MDCS). Además, utilizaron datos provenientes de 4.260 pacientes de un análisis transversal (BioImage Study), de quienes se disponía de información de covarianza y genotipo. Por último, se determinó la adherencia a un estilo de vida saludable utilizando un sistema de puntuación que constó de cuatro factores: no fumar, no presentar obesidad, realizar actividad física regular y tener una dieta adecuada.
Los resultados exhibieron un riesgo relativo de un 91% mayor en la incidencia de eventos coronarios entre los participantes con una elevada predisposición determinada por sus genes (quintil superior de las puntuaciones poligénicas) en comparación con quienes tenían una menor preponderancia de sus componentes genéticos (quintil más bajo de puntajes poligénicos) (R= 1,91; IC del 95%: 1,75 a 2,09). Sorprendentemente, un estilo de vida favorable (definido como sostener al menos tres de los cuatro factores saludables) se relacionó con una probabilidad sustancialmente más baja de eventos en comparación con quienes sostenían hábitos inadecuados (definidos como no seguir o cumplir con solo uno de los factores). Este último hallazgo, se obtuvo independientemente de la predisposición genética de los participantes.
En resumen, la investigación basada en cuatro estudios con un total de 55.685 participantes, muestra que los componentes genéticos y el estilo de vida se vinculan, de manera independiente, con la susceptibilidad a la enfermedad arterial coronaria. Además, entre los individuos con un elevado riesgo predeterminado por su ADN, tener conductas sanas se relaciona con una probabilidad 50% menor de sufrir patologías cardíacas en comparación a personas que no siguen patrones saludables.
Temas Relacionados
