Trasplante de células madre en pacientes con esclerosis múltiple progresiva
En todos ellos hubo un aumento de moléculas neuroprotectoras y antiinflamatorias en el líquido cerebroespinal.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que puede reducir la sensibilidad y el uso de las extremidades y otras partes del cuerpo. Se debe a que el sistema inmunitario ataca por error y daña la vaina de mielina que aísla los nervios. Se han desarrollado muchas terapias para tratar los síntomas, pero no hay cura.
En la esclerosis múltiple progreiva (EMP) los mecanismos de acción terapéutica deben combinar neuroprotección, inmunomodulación y regeneración para dificultar la progresión irreversible de la discapacidad. Las células madre/precursoras neurales (CPN) son mitóticamente activas, autorrenovables y multipotentes, capaces de diferenciarse en astrocitos, oligodendrocitos y neuronas y de migrar a nichos biológicos específicos o a zonas dañadas favoreciendo la reparación funcional y estructural.
Las CPN derivadas del SNC fetal humano (CPNhf), debido a su capacidad replicativa en condiciones estandarizadas y de calidad controlada, pueden dar lugar a líneas celulares que pueden ser explotadas en el desarrollo de estrategias terapéuticas de trasplante neural.
Un equipo de investigadores del Instituto Científico IRCCS San Raffaele, en colaboración con colegas del Hospital San Gerardo, la Universidad Vita-Salute San Raffaele, el IRCCS Ca' Granda Ospedale Maggiore Policlinico y la Universidad de Génova, todos ellos en Italia, ha descubierto que los pacientes con EM que recibieron células madre extraídas de fetos abortados mostraron una reducción de los marcadores de la enfermedad en un ensayo en fase inicial.
El trial consistió en inyectar células madre a 12 pacientes cuatro veces. Antes del proceso, presentaban lo que se describió como síntomas graves y estaban postrados en cama. Además, cada uno se sometió a una punción lumbar para extraer líquido de la médula espinal y medir los niveles de moléculas neuroprotectoras y antiinflamatorias. También se les realizó una resonancia magnética para medir el volumen de materia gris.
Al cabo de tres meses, cada uno de los voluntarios se sometió a otra punción lumbar. Los investigadores comprobaron que en todos ellos había un aumento de moléculas neuroprotectoras y antiinflamatorias en el líquido cefalorraquídeo. También se comprobó, con una resonancia magnética dos años después, que quienes recibieron la mayor infusión de células madre experimentaron la menor pérdida de materia gris.
Los investigadores señalan que aún es demasiado pronto para determinar si alguno o todos los voluntarios presentan una reducción de los síntomas o una ralentización de la progresión de la enfermedad. Todos ellos serán sometidos a seguimiento en los próximos años para comprobar si las inyecciones de células madre proporcionan algún alivio.
