Terapia conductual es efectiva contra el imsomnio
Los tratamientos secuenciales que implican manejo cognitivo conductual y farmacológico son una estrategia efectiva para el control del trastorno del sueño.
A pesar de las terapias psicológicas y farmacológicas eficaces para el insomnio, existe poca información sobre cuál debe ser el tratamiento de primera línea y cuál es la mejor manera de proceder cuando el enfoque inicial falla.
En este estudio Charles Morin y colaboradores del Instituto Universitario de Salud Mental de Quebec (Canadá) evaluaron la eficacia comparativa de cuatro secuencias de tratamiento que incluyeron terapias psicológicas y farmacológicas para el insomnio. Adicionalmente, examinaron el efecto moderador de los trastornos psiquiátricos en los resultados del insomnio.
Para cumplir estos objetivos, los autores realizaron un ensayo aleatorizado secuencial de asignación múltiple, en el que los pacientes fueron asignados a una primera etapa que incluía ya sea terapia conductual (TB; n = 104) o zolpidem (zolpidem; n = 107). Las personas sin remisión recibieron una segunda intervención basada en medicación (zolpidem o trazodona) o terapia psicológica (TB o terapia cognitiva [TC]). La inscripción de participantes tuvo lugar desde agosto de 2012 hasta julio de 2017 y los puntos finales primarios fueron la respuesta al tratamiento y las tasas de remisión, definidas por la puntuación total del Índice de Gravedad del Insomnio.
Los pacientes incluyeron 211 adultos (132 mujeres; edad media [DE], 45,6 [14,9] años) con un trastorno crónico de insomnio, incluyendo 74 con un trastorno comórbido de ansiedad o del estado de ánimo. Los resultados mostraron que el tratamiento de primera etapa que incluía la TB o la medicación con zolpidem produjo tasas de respuesta y remisión similares. La adición de una terapia de segunda etapa aumentó significativamente el porcentaje de respondedores y remitentes entre los tratados inicialmente con TB, pero no entre los asignados a la farmacoterapia.
En suma, la terapia conductual y la medicación con zolpidem producen tasas de respuesta y remisión equivalentes. La adición de un segundo tratamiento genera un valor añadido para aquellos cuyo insomnio no pudo remitir con las terapias iniciales.
