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No puedes hacerte cosquillas a ti mismo. Si intentas deslizar un dedo por tu antebrazo, la sensación de cosquilleo será mucho más débil que si otra persona lo hace. Esto se debe a que el sistema nervioso anula la entrada sensorial prevista causada por tus propios movimientos. Este mecanismo se denomina sincronización táctil y se ha descrito a nivel neuronal como una regulación a la baja de la activación neuronal en respuesta  a los receptores táctiles.

Afecta a varios niveles de procesamiento de la información táctil, como la médula espinal, la corteza motora, premotora y somatosensorial. La implicación de estos distintos niveles de procesamiento podría reflejar la naturaleza compleja de la activación táctil, vinculada a la representación multisensorial del tacto basada en la información sensorial, el esquema corporal, la codificación predictiva o el tacto activo.

Una investigación de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania) sugiere que el esquema corporal también puede desempeñar un papel en la sincronización táctil. Basados en los informes informales de los usuarios de realidad virtual (RV) sobre la "ilusión del tacto fantasma" investigaron cómo funcionaría el proceso de sincronización táctil en ausencia de una señal sensorial real.

Partieron de la hipótesis de que, si un tacto previsto podía producir esa sensación en el contexto de la RV, neurológicamente debería funcionar de la misma manera. Para investigarlo, idearon una prueba en la que los sujetos (36 personas de entre 21 y 42 años, 14 de ellos varones) llevaban una pantalla montada en la cabeza que seguía los movimientos de sus manos.

Dentro del entorno simulado, cada participante podía ver sus manos virtuales, pero no podía ver sus antebrazos ni otras partes de su cuerpo. En una mesa, delante de cada uno, había objetos ordinarios a escala real, entre ellos dos palos de unos 30 cm de largo y 2 cm de ancho. Cada persona utilizaba uno virtual para tocar y acariciar sus manos siguiendo las instrucciones de los investigadores, que anotaban sus respuestas descriptivas y las puntuaciones de intensidad, en una escala de 0 a 10, de cualquier sensación que pudieran experimentar.

Durante las pruebas de control, no llevaban cascos de RV y seguían instrucciones similares para tocar y acariciar cada una de sus manos con punteros láser que encendían y apagaban en varios momentos de la prueba.

Entre los resultados, 32 de los 36 sujetos de prueba (89%) describieron una sensación eléctrica, de pinchazos, estática, de hormigueo o "como si el viento pasara por la mano" durante la fase de prueba. Los 32 encuestados positivos confirmaron que la sensación correspondía a la posición del bastón en la mano virtual. Algunos afirmaron haberla tenido incluso antes de que se les preguntara.

Es significativo que el 50% de los que especificaron una sensación de hormigueo en la mano dijeron que podían sentirla durante la fase de prueba. En el control, solo el 13% informó de ello mientras el láser estaba encendido, y el 9% lo hizo con el láser apagado. Además, la mayoría declaró tener la misma sensación al tocarse el antebrazo no visible durante la fase de prueba.

La información de otros sentidos también puede desempeñar un papel, como sugiere el artículo. Los autores señalaron que es necesario seguir investigando sobre "otras modalidades y fuentes de entrada (como el esquema corporal) en la sincronización táctil".