Potencial terapéutico de células madre para el tratamiento del síndrome de ovario poliquístico
Los tratamientos actuales se limitan a tratar los síntomas y no abordan la lucha de las pacientes contra la infertilidad.
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un trastorno endocrino generalizado que afecta a millones de mujeres en todo el mundo y repercute en su equilibrio hormonal, su fertilidad y su bienestar general. Es muy difícil de tratar, con síntomas muy variables y causas subyacentes misteriosas y complejas.
Investigadores de la Universidad de Chicago (EEUU) han dado a conocer recientemente un posible nuevo tratamiento del SOP que podría mejorar sus múltiples síntomas regulando los sistemas corporales y reduciendo la inflamación. Este enfoque terapéutico utiliza vesículas extracelulares (VE) derivadas de células madre mesenquimales, también conocidas como exosomas: diminutos paquetes de moléculas que flotan libremente liberados por las células madre.
El grupo ya había publicado resultados de que las células madre mesenquimales (CMM) -células adultas que pueden diferenciarse en múltiples tipos celulares para la curación y la regeneración- pueden secretar factores que pueden ayudar a revertir los síntomas del SOP, pero no estaba claro cuáles eran esos factores.
Los científicos descubrieron que las VE derivadas de CMM reducían la actividad de los genes que contribuyen a la sobreproducción de hormonas andrógenas, un rasgo distintivo del SOP. Basándose en este hallazgo, las inyectaron en modelos de ratón, donde ayudaron a estabilizar algunas de las irregularidades metabólicas asociadas a menudo con el trastorno, como los altos niveles de glucosa. Las VE pueden inocularse en los vasos sanguíneos o directamente en los ovarios, y en ambos casos consiguieron restablecer la función ovárica.
Los investigadores creen que una proteína de señalización inmunitaria llamada IL-10, conocida por sus propiedades antiinflamatorias, puede desempeñar un papel clave en la curación observada. Las VE pueden servir como vehículos de transporte que estabilizan la IL-10 y la transportan a las células diana, aumentando la eficacia de la molécula para reducir la inflamación e impulsar los procesos de recuperación.
Esta terapia claras ventajas sobre los métodos convencionales. A diferencia de la con células madre enteras, las VE son más accesibles y menos costosas de utilizar, lo que las hace idóneas para aplicaciones a gran escala. También ofrecen un mejor perfil de seguridad, con preocupaciones mínimas sobre la tumorigénesis o la inmunogenicidad. Cabe destacar que ya se han aprobado ensayos clínicos para tratar trastornos reproductivos, lo que demuestra el gran potencial de esta investigación para obtener beneficios en el mundo real.