Las paredes verdes en las oficinas mejoran la regulación inmunológica
Los muros con circulación de aire pueden inducir cambios beneficiosos en el microbioma humano y tienen un potencial inmunomodulador.
Debido al aumento del nivel de higiene, la pérdida de biodiversidad y la falta de contacto con el suelo, la exposición a los microbios ambientales se ha reducido en las ciudades occidentales, lo que se considera una de las principales razones del aumento de las enfermedades inmunomediadas, como las autoinmunes y alergias.
Un estudio experimental dirigido por el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia demostró que las paredes verdes con circulación de aire instaladas en el interior de las oficinas modificaban la microbiota de la piel de los empleados y mejoraba la regulación del sistema inmunitario. Los efectos ya se podían observar durante un mes.
Los voluntarios se dividieron aleatoriamente en dos grupos, uno de los cuales recibió un muro verde con circulación de agua en sus habitaciones y el otro actuó como grupo de control sin ningún muro verde instalado. Estos fueron construidos por el grupo finlandés Naava Oy e incluían filodendro de hoja de corazón (Philodendron scandens), dracaena (Dracaena sp.) y helecho de nido de pájaro (Asplenium antiquum).
En dos semanas se identificó un aumento de la abundancia relativa de lactobacilos en la piel de los empleados cuyas oficinas tenían instaladas las plantas. Durante un mes, se identificó un aumento de la diversidad de gammaproteobacterias en quienes trabajaban rodeados de estos helechos versus el grupo control y la diversidad de ellas en la piel se relacionó con una disminución de la concentración de la interleucina IL-17A, que contribuye a las inflamaciones.
En el estudio, el nivel de la citoquina TGF-β1, vinculada a la regulación inmunitaria eficaz, aumentó en la sangre del grupo trabajado y se identificaron cambios en las concentraciones de citoquinas en sangre.
En conclusión, se demostró que las paredes verdes con circulación de aire instaladas en las oficinas modificaban la microbiota que afecta la salud de la piel de los empleados y mejoraba la regulación del sistema inmunitario. Los efectos pudieron observarse durante un mes.
