Psiquiatría
Fumar puede dañar una parte del cerebro
Los escáneres cerebrales revelaron que los fumadores tenían una corteza más delgada que los que nunca habían fumado. La corteza es donde se producen importantes procesos relacionados con el pensamiento, como la memoria, el lenguaje y la percepción.
El tabaquismo se asocia con deterioro cognitivo y demencia, pero la magnitud de la relación entre la adicción y los cambios estructurales del cerebro aún no está clara. Además, es importante destacar que no se sabe si las alteraciones cerebrales relacionadas con el tabaco son reversibles después de dejar de fumar.
En esta investigación liderada por el Dr. Sherif Karama, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad de McGill en Montreal, Canadá, se analizaron datos de 504 sujetos respecto al hábito de fumar y de resonancias magnéticas de la estructural cerebral realizadas a la edad de 73 años, a partir de lo cual, se extrajeron las medidas de espesor cortical. Se realizó un análisis de regresión múltiple y se determinaron las relaciones dosis-respuesta, la asociación entre fumar paquetes por año y el grosor cortical. También se evaluaron las asociaciones entre el grosor cortical y el número de años transcurridos desde el último cigarrillo.
Hubo una relación negativa dosis dependiente entre el tabaquismo y el espesor cortical. Algunas asociaciones corticales dependientes de las dosis persistieron después de controlar todas las covariables. Al contabilizar la cantidad total de tiempo de vida de fumar, la corteza de los sujetos que habían dejado el hábito presentaba una recuperación parcial por cada año sin fumar. Sin embargo, tomaría unos 25 años para la recuperación completa de las áreas afectadas.
En conclusión, como la corteza se adelgaza con el envejecimiento normal, estos datos sugieren que fumar está asociado con un acelerado adelgazamiento cortical, un biomarcador de deterioro cognitivo en los adultos. Si bien parece posible una recuperación parcial, puede ser un proceso largo.
