Evolución de la resistencia a los antibióticos en un centro de redes reguladoras
Los fármacos que ralentizan la mutagénesis podrían prolongar su vida útil.
Los antibióticos han reducido la mortalidad por infecciones bacterianas, pero por desgracia, la resistencia a estos amenaza la salud mundial, con una estimación de 1,27 millones de muertes en todo el mundo por infecciones en 2019. Los fármacos que pueden ralentizar el ritmo de evolución, administrados junto con los antibióticos, podrían prolongar la eficacia. Además, podrían hacer innecesarios los antibióticos si la evolución de los patógenos pudiera disminuirse a ritmos inferiores a los de la evolución somática de nuestras respuestas inmunitarias
Un equipo de investigadores del Baylor College of Medicine está ganando terreno en su búsqueda de soluciones al problema mundial de la resistencia bacteriana a los antibióticos desarrollando un fármaco llamado cloruro de dequalinium (DEQ) que, en cultivos de laboratorio y modelos animales, reduce significativamente la capacidad de las bacterias para desarrollar resistencia a los antibióticos, lo que podría prolongar su eficacia.
Probaron con uno capaz de que la bacteria E. coli desarrollara resistencia a dos antibióticos cuando se expusiera a un tercer antibiótico, la ciprofloxacina (cipro), el segundo más recetado en EE.UU. La resistencia está causada por nuevas mutaciones genéticas que se producen en las bacterias durante la infección. Según el equipo, el fármaco DEQ reduce la velocidad a la que se forman nuevas mutaciones en las bacterias.
Descubrieron un "programa" mutacional que se activa por las respuestas bacterianas al estrés que actúan como programas genéticos que ordenan a las células aumentar la producción de moléculas protectoras, incluido el provocado por bajas concentraciones de cipro. Las concentraciones bajas se producen al principio y al final de las terapias con antibióticos y si se omiten dosis.
Las bacterias con mutaciones de resistencia a los antibióticos pueden entonces mantener una infección en presencia de cipro. Este estudio es el primero que demuestra que en las infecciones animales tratadas con este medicamento, las bacterias activan un conocido proceso de mutación.
Con el fin de prevenir esta situación, los investigadores analizaron 1.120 fármacos aprobados para uso humano en busca de su capacidad para reducir la respuesta bacteriana, lo que contrarresta la aparición de mutaciones de resistencia. Además, y de forma contraintuitiva, buscaban fármacos "furtivos" que no ralentizaran la proliferación, lo que conferiría una ventaja de crecimiento a cualquier mutante que resistiera al propio fármaco.
