Psiquiatría
Ejercicios ayudan a combatir la depresión
Estos resultados enfatizan la importancia potencial de la actividad física para prevenir y aliviar los síntomas depresivos en la edad adulta. A su vez, la condición depresiva, podría ser un obstáculo para motivar la realización de ejercicios.
Se ha podido documentar la relación entre la actividad física y los síntomas depresivos, pero la direccionalidad de esta asociación no está clara.
Investigadores del Colegio Universitario de Londres y de la Universidad de McGill, en Canadá, examinaron si los síntomas depresivos eran concurrentes con la actividad física, así como también, dilucidar la dirección de la relación entre los 23 y 50 años de edad. Se incluyeron aproximadamente 11.000 miembros de una cohorte inglesa con información sobre los síntomas depresivos o la frecuencia de la actividad física a los 23, 33, 42, o 50 años de edad. Finalmente, se evaluó el número de síntomas depresivos (en una escala de 0 a 15 ítems), de depresión (definida como el máximo de 10% de los síntomas a los 23, 33, 42, o 50 años de edad) y la frecuencia de física actividad (veces por semana).
En la mayoría de las edades, se observó una tendencia de un menor número de síntomas depresivos con una actividad más frecuente; por ejemplo, para una frecuencia más alta de actividades por semana a los 50 años de edad, el número medio de síntomas fue inferior en 0,06 (IC del 95%, -0,09 a -0,04). En los análisis longitudinales, la actividad se asoció a un bajo número de síntomas 23-50 años de edad (por la mayor frecuencia de actividad por semana, los síntomas fueron más bajos en 0,06 [IC del 95%, -0,07 a -0,05]), no variando la magnitud de la asociación con la edad (P = 0,21 para la interacción). Los que estaban inactivos a los 23 años de edad y permanecieron así 5 años más tarde, no mostraron ningún cambio a nivel de síntomas (diferencia media, -0,01 [IC del 95%, -0,04 a 0,02]); aquellos que habían aumentado la actividad 3 veces/semana tenían un número inferior de síntomas (diferencia media, -0,18 [IC del 95%, -0,22 a -0,15]). Tales diferencias equivalen a reducciones estimadas de depresión en un 19%. La relación longitudinal observada entre los síntomas y la actividad se debilitó con la edad (p <0,001 para la interacción). La media de actividades entre los que no presentaban síntomas a los 23 años de edad y 5 años más tarde era superior en un 0,60 (IC del 95%, 0,57-0,64) veces/semana; en aquellos con 1 síntoma depresivo adicional, 0,53 (IC del 95%, 0,49-0,56) veces/semana. La frecuencia de la actividad no difirió entre aquellos con ningún síntoma a los 43 años de edad que posteriormente tenían 0 o 1 síntoma a los 48 años. Los vínculos para la depresión fueron generalmente similares a aquellos para todo el espectro de síntomas.
En conclusión, la relación entre la actividad y los síntomas depresivos es bidireccional, aunque más persistente durante la vida adulta en sentido de la actividad a los síntomas depresivos. Los resultados sugieren que los ejercicios pueden aliviar la depresión en la población general y, a su vez, los síntomas depresivos pueden ser una barrera para la actividad.
