Al modular la microbiota:
Dieta mediterránea promueve envejecimiento saludable
La adhesión a este régimen alimentario conduce a una mayor abundancia de taxones intestinales específicos asociados con marcadores de menor fragilidad y mejor función cognitiva.
El envejecimiento se acompaña de un deterioro de múltiples funciones corporales e inflamación, que en conjunto contribuyen a la fragilidad. La evidencia muestra que la fragilidad es modulada por alteraciones en la microbiota intestinal de manera acelerada por una alimentación de diversidad restringida. Por el contrario, seguir una dieta mediterránea (MedDiet) se asocia con mejor salud.
En el marco del proyecto NU-AGE, enfoque especialmente adaptado para personas mayores Tarini Shankar Ghosh y colaboradores de múltiples centros de investigación europeos, evaluaron si una intervención de un año de MedDiet podía alterar la microbiota intestinal y reducir la fragilidad.
Los autores realizaron un perfil del microbioma en 612 sujetos sin o con fragilidad en cinco países europeos (Reino Unido, Francia, Países Bajos, Italia y Polonia) antes y después de la administración de una MedDiet de 12 meses de duración adaptada a sujetos de edad avanzada (dieta NU-AGE).
Los resultados mostraron que el cumplimiento se asoció con alteraciones microbianas específicas. Los taxones enriquecidos por la adherencia al régimen se relacionaron positivamente con varios marcadores de menor fragilidad y de mejora de la función cognitiva, y negativamente con marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva y la interleucina-17. El análisis de perfiles de metabolitos microbianos inferidos indicó que el cambio del microbioma modulado por la dieta se asociaba con un aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta/ramificada y una menor producción de ácidos biliares secundarios, p-cresoles, etanol y dióxido de carbono. El análisis de las redes de ecosistemas de los microbiomas mostró que los taxones bacterianos que respondieron positivamente a la MedDiet ocupan posiciones de interacción clave, mientras que los taxones asociados a la fragilidad son periféricos en las redes.
En suma, estos hallazgos apoyan la viabilidad de mejorar la dieta habitual para modular la microbiota intestinal que, a su vez, tiene el potencial de promover un envejecimiento más saludable.
