Depresión en el embarazo incrementa alteraciones del ánimo en descendencia
La exposición fetal tiene repercusiones a largo plazo. El peak de los síntomas en los menores se da a los 16 años.
Existen pruebas que relacionan la depresión pre y postnatal materna y, más recientemente la paterna, con una serie de problemas en los niños, entre los que se incluyen consecuencias emocionales, conductuales, cognitivos y de salud física. Sin embargo, los mecanismos subyacentes a este mecanismo siguen siendo desconocidos.
Priya Rajyaguru, Alex S. F. Kwong, Elizabeth Braithwaite y Rebecca M. Pearson postularon que un niño expuesto a más momentos de depresión parental en el embarazo tiene un mayor riesgo acumulativo de sufrir depresión. La investigación llevada a cabo por estos autores explora patrones de datos que podrían indicar diferentes mecanismos por los que puede ocurrir la transmisión intergeneracional de la depresión. La hipótesis clave es que, la elevada carga genética y medioambiental, más la alteración de la conducta parental, desencadenará un riesgo biológico adicional derivado de la exposición a la depresión materna, a través de mecanismos de programación prenatal.
Los datos se obtuvieron del Estudio Longitudinal de Padres e Hijos de Avon (ALSPAC) y se evaluó la depresión de los padres a las 18 semanas de gestación y a las 8 semanas después del parto. Para estimar los cambios de ánimo en los hijos, se utilizó Cuestionario breve de estado de ánimo y sentimientos (CBAS) que se controló en nueve ocasiones entre los 10 y los 24 años de edad.
La descendencia expuesta a la depresión materna tuvo mayores síntomas depresivos a lo largo de la adolescencia, en comparación con la descendencia no expuesta.
Los mayores síntomas depresivos se presentaron a los 16 años (7,07 puntos CBAS (95% CI = 6,19, 7,95; P < 0,001)) y una mayor tasa de cambio lineal (0,698 puntos CBAS (95% CI = 0,47, 0,93; P = 0,002)). La depresión prenatal materna y, en menor medida, la postnatal también se asociaron con mayores síntomas depresivos a la edad de 16 años. Se observó un patrón similar para la depresión pre y postnatal paterna, aunque los efectos se atenuaron.
Además, la descendencia femenina puede tener un mayor riesgo de depresión que los varones, según el estudio.
Temas Relacionados
