Crean organoides a partir de portadoras de BRAC1
Los tejidos -hechos en laboratorio- tienen el potencial de predecir quiénes desarrollarán cáncer de ovario, con años o incluso décadas de antelación.
El cáncer de ovario es la principal causa de muerte por cáncer ginecológico a nivel mundial en parte, porque los síntomas suelen ser sutiles y la mayoría de los tumores eluden su detección hasta que están en fases avanzadas. Mientras que el riesgo de desarrollar un cáncer de ovario a lo largo de la vida es inferior al 2% para la población femenina en general, el riesgo estimado para las mujeres portadoras de una mutación en el llamado gen BRCA-1 es de entre el 35% y el 70%, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Ante estas probabilidades tan elevadas, algunas mujeres con mutaciones en el gen BRCA-1 optan por la extirpación quirúrgica de las mamas o de los ovarios y las trompas de Falopio, aunque nunca lleguen a desarrollar cánceres en estos tejidos.
Un estudio llevado a cabo en el Cedars-Sinaí, en conjunto con la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, demostró como "se siembra" el cáncer de ovario. Dos grupos de mujeres fueron escogidas: jóvenes con cáncer de ovario y otras sanas. Luego y a partir de sus células, los investigadores produjeron organoides que modelaran el revestimiento de las trompas de Falopio de cada persona.
Además de mostrar cómo se asienta el cáncer de ovario en las trompas de Falopio de las mujeres con BRCA-1, la tecnología de organoides puede utilizarse potencialmente para determinar si un fármaco puede o no funcionar contra la enfermedad en un individuo. Cada organoide lleva los genes de la persona que proporcionó la muestra de sangre, lo que lo convierte en un "gemelo" del revestimiento. En los organoides pueden probarse múltiples fármacos sin exponer al paciente a ellos.
