Salud Pública
Contaminación atmosférica aumenta la presión arterial
El metaanálisis encontró una elevada probabilidad de sufrir la patología al incrementarse el nivel de material particulado y otros contaminantes, tanto con una exposición a corto como a largo plazo.
La hipertensión arterial es una importante carga de enfermedad a nivel mundial. Estudios previos han indicado que la polución del aire es un factor de riesgo para esta patología, sin embargo, la evidencia sigue siendo controversial.
Para solucionar lo anterior, se realizó un meta-análisis de estudios epidemiológicos con la finalidad de investigar la correspondencia entre la complicación arterial y exposiciones breves y prolongada s a contaminantes ambientales. Wenjun Ma y colegas de la Universidad de Guangzhou, China, utilizaron basas de datos electrónicas en inglés y realizaron búsquedas de publicaciones previas al 1 de septiembre de 2015 que trataran acerca de la relación entre ozono (O3), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NO2 y NOx), dióxido de azufre (SO2), y materia partículada (MP 10 y MP 2,5), con hipertensión. Para la evaluación, se calculó la razón de probabilidades (OR) para la enfermedad en función del incremento de 10 μg/m3 de contaminante del aire, utilizando un modelo de efectos aleatorios (para análisis con heterogeneidad significativa) o en base a un modelo de efectos fijos (para estudios, sin tal diversidad).
Los resultados arrojaron un total de 17 publicaciones que examinaron efectos de corto plazo (n = 6) y una exposición prolongada (n = 11) a la polución del aire. La exposición a SO2 (OR = 1,046, IC del 95%: 1,012 - 1,081), MP 2.5 (OR = 1,069; 1,003 - 1,141), y a MP 10 (OR = 1,024; 1,016 - 1,032), por plazos menores, se vincularon significativamente con la hipertensión. El enfrentar la polución por mayor tiempo (incremento de 10 μg/m3) también tuvo una relación relevante con la complicación arterial. Por último, otros contaminantes (NO2, O3 y CO por períodos menores, y NOx, MP 2,5, y SO2 por lapsos prolongados) también tuvieron una correspondencia positiva con la enfermedad, pero sin ser estadísticamente significativa.
Finalmente, los resultados sugieren que tanto a largo como a corto plazo, la exposición a contaminantes ambientales puede aumentar la probabilidad de sufrir hipertensión.
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