Biomarcadores identifican gradiente de riesgo tras SCA
Luego de un síndrome coronario agudo, la presencia de marcadores proteicos permite distinguir a los pacientes de riesgo quienes más se benefician con la adición de ezetimiba a la estatinoterapia.
La incorporación de ezetimiba al tratamiento con estatinas reduce el riesgo de eventos cardiovasculares (CV) recurrentes en paciente con síndrome coronario agudo (SCA) previo. Sin embargo, actualmente, se desconoce el potencial que tienen los biomarcadores CV en la identificación de subconjuntos de individuos que puedan beneficiarse clínicamente con ezetimiba.
Este estudio buscó evaluar el papel de biomarcadores CV establecidos en la evaluación de la ventaja potencial con ezetimiba añadida a la terapia con estatinas en pacientes que han sufrido un SCA.
En un análisis anidado preespecificado dentro de un ensayo randomizado, doble ciego sobre ezetimiba/simvastatina versus placebo/simvastatina (IMPROVE-IT), la troponina T de alta sensibilidad, el péptido natriurético de tipo N-terminal pro-B, el factor de diferenciación y crecimiento 15 y la proteína C reactiva de alta sensibilidad se midieron en 7.195 pacientes estabilizados (1 mes después de la asignación al azar) después del SCA. Se utilizó un enfoque multimarcador basado en valores de biomarcadores para examinar el riesgo de eventos de CV recurrentes y el beneficio clínico con ezetimiba.
Los niveles elevados de cada biomarcador se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de muerte CV, por infarto de miocardio/apoplejía e insuficiencia cardíaca (p para la tendencia < 0,001 para cada uno). Sobre la base de los niveles de biomarcadores, los autores observaron un patrón de mayor reducción del riesgo absoluto de mortalidad de los mismos desenlaces anteriores, por la adición de ezetimiba al tratamiento con estatinas en pacientes con mayor riesgo. En estos sujetos (≥ 3 biomarcadores "positivos"; n = 1.437) tuvieron una diferencia de riesgo absoluta de -7,3% (IC del 95%: -13,8% a -0,8%; p = 0,02) con ezetimiba, y los individuos de riesgo intermedio (1 a 2 biomarcadores positivos; n = 3.842) tuvieron una diferencia absoluta de -4,4% (IC del 95%: -9,7% a 0,8%), lo que se tradujo en un número necesario a tratar a los siete años de 14 a 23, respectivamente. Finalmente, los pacientes de bajo riesgo (cero biomarcadores positivos; n = 1.916) no parecieron beneficiarse con la adición del medicamento.
En suma, este estudio muestra que una estrategia basada en biomarcadores identifica un gradiente de riesgo entre pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo, ofreciendo la posibilidad de reconocer a individuos en mayor peligro, quienes presentan un beneficio absoluto proporcionalmente alto por la adición de ezetimiba a la terapia con estatinas.
