Hepatología
Bebidas azucaradas pueden causar hígado graso
El presente estudio contribuye a la literatura existente, que demuestra que el consumo regular de bebidas azucaradas se asocia con una mayor prevalencia de la enfermedad de hígado graso, sobre todo en personas con sobrepeso y obesidad.
La enfermedad de hígado graso no alcohólico afecta al 30% de los adultos en Estados Unidos, sin embargo, el papel de las bebidas endulzadas con azúcar y los refrescos de dieta en esta enfermedad sigue siendo desconocido.
Docentes de la Universidad de Tufts, en Boston, Estados Unidos, examinaron la asociación transversal entre el consumo de bebidas endulzadas con azúcar o refrescos de dieta y la enfermedad de hígado graso en descendientes de participantes del estudio de Framingham de tercera generación. La condición se definió utilizando mediciones de atenuación hepática generadas a partir de una tomografía computarizada en 2.634 personas. La concentración de alanina transaminasa, un marcador de la enfermedad de hígado graso, se midió en 5.908 individuos. La ingesta de bebidas azucaradas y de dieta se estimó mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos. Los participantes fueron clasificados como no consumidores o consumidores (3 categorías: 1 porción/mes a <1 porción/semana, 1 porción/semana a <1 porción/día, y ⩾1 servir/día) de bebidas endulzadas con azúcar o de dieta.
Tras ajustar por edad, género, tabaquismo, cohorte de Framingham, ingesta de energía, alcohol, fibra dietética, grasas (% de energía), proteínas (% de energía), consumo de refrescos dietéticos e índice de masa corporal, los riesgos de tener hígado graso eran 1, 1,16 (0,88, 1,54), 1,32 (0,93, 1,86), y 1,61 (1,04, 2,49) a través de las categorías de consumo de bebidas endulzadas con azúcar (p tendencia = 0,04). La ingesta de bebidas azucaradas también se relacionó positivamente con los niveles de alanina transaminasas (p de tendencia = 0,007). Se observó un vínculo no significativo entre los refrescos de dieta y la enfermedad de hígado graso.
En conclusión, se observó que el consumo regular de bebidas azucaradas se asocia a un mayor riesgo de padecer hígado graso, sobre todo en personas con sobrepeso y obesidad, mientras que los refrescos de dieta no se relacionaron con la afección.
