Nefrología
Normalizar la hemoglobina no reduce episodios cardiovasculares en la nefropatía crónica
La anemia es una complicación común de la enfermedad crónica del riñón. Sin embargo, los niveles óptimos de hemoglobina para los pacientes en etapas avanzadas son confusos. La anemia es fuerte predictor de complicaciones y de muerte por causas cardiovasculares en este tipo de pacientes. Los datos de observación indican que la corrección de la anemia está asociada a mejores resultados mejorados. Sin embargo, no se ha determinado si tal corrección en pacientes con nefropatía crónica 3 ó 4 mejora la evolución cardiovascular.
En el estudio CREATE (acrónimo en inglés para Cardiovascular Risk Reduction by Early Anemia Treatment with Epoetin Beta) se asignaron aleatoriamente a 603 pacientes con una tasa de filtración glomerular (TFG) estimada de entre 15.0 y 35.0 ml por minuto por cada 1.73 m2 de superficie corporal y anemia leve o moderada (concentración de hemoglobina: de 11.0 a 12.5 g/dl) a alcanzar un valor de hemoglobina dentro de los límites normales (de 13.0 a 15.0 g/dl: grupo 1) o por debajo de los mismos (de 10.5 a 11.5 g/dl: grupo 2). La administración de eritropoyetina subcutánea (epoetina beta) se inició en el momento de la aleatorización (grupo 1) o cuando la hemoglobina había bajado de 10,5 g/dl (grupo 2). El criterio principal de valoración estaba formado por un grupo de ocho acontecimientos cardiovasculares; los criterios de valoración secundarios eran el índice de masa ventricular izquierda, las puntuaciones de la calidad de vida y la progresión de la nefropatía crónica.
Durante los 3 años del estudio, la corrección completa de la anemia no influyó en la probabilidad de sufrir un primer episodio cardiovascular (58 eventos en el grupo 1 frente a 47 en el grupo 2; razón de riesgo instantáneo: 0.78; intervalo de confianza del 95%: 0.53 a 1.14; P = 0.20). El índice de masa ventricular izquierda se mantuvo estable en los dos grupos. La TFG media estimada fue de 24.9 ml por minuto en el grupo 1 y de 24.2 ml por minuto en el grupo 2 en la situación basal, y disminuyó en 3.6 y 3.1 ml por minuto al año, respectivamente (P = 0.40). Necesitaron diálisis un número mayor de pacientes del grupo 1 que del grupo 2 (127 frente a 111; P = 0.03). La salud general y el estado físico mejoraron de forma significativa (P = 0.003 y P < 0.001, respectivamente, en el grupo 1, en comparación con el grupo 2). No se observaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la incidencia combinada de acontecimientos adversos, pero los episodios de hipertensión arterial y las cefaleas fueron más prevalentes en el grupo 1.
En conclusión, en personas con una nefropatía crónica, la corrección completa precoz de la anemia no reduce el riesgo de episodios cardiovasculares.
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