Pediatría
IGIV tiene elevada incidencia de efectos adversos en pacientes pediátricos
Las principales aplicaciones de la inmunoglobulina intravenosa (IGIV) en pediatría se dan para la terapia de reemplazo en la inmunodeficiencia y el manejo inmunomodulador en condiciones autoinmunes e inflamatorias tales como en la púrpura trombocitopénica inmune y en la enfermedad de Kawasaki. La IGIV es un derivado del plasma con procesos adicionales durante la obtención para quitar los agregados de la inmunoglobulina. Las preparaciones se estabilizan usando sustancias tales como albúmina, glicina, polietilenglicol o azúcares: sucrosa, maltosa o glucosa. Como resultado del fraccionamiento y de la adición de estabilizadores, pueden ocurrir reacciones adversas a los agregados o a las agentes. Los pasos para quitar o para reducir al mínimo tal agregación reducen la tasa de eventos adversos en niños en aproximadamente nueve veces. Las reacciones adversas suelen ser clasificadas como inmediatas o tardías, pudiendo ser fiebre, rash, dolor de cabeza, erupción, artralgia, malestar, insuficiencia renal, meningitis aséptica, hemólisis y anafilaxis. La mayoría de los efectos observados son leves, pero existen pocos estudios prospectivos sobre el tema en pacientes pediátricos, de hecho, las tasas reportadas varían ampliamente en la literatura médica, extendiéndose desde 1% hasta el 40% en los niños.
Para documentar la incidencia de los efectos adversos, inmediatos y tardíos, de la inmunoglobulina intravenosa en niños, el doctor D. Singh-Grewal y colaboradores (Hospital Infantil de Westmead en Sydney, Australia) analizaron los datos registrados de 345 infusiones aplicadas en 58 niños para inmunodeficiencia (n = 33) o inmunomodulación (n = 25). Se documentaron todos los eventos adversos durante el procedimiento y a los 4 y 7 días posteriores.
Los acontecimientos no deseados inmediatos ocurrieron en el 10.3% de los niños y los tardíos en el 41.4% de ellos durante el período de estudio. El 3.5% de las infusiones estuvieron asociadas a las reacciones adversas inmediatas y el 20.9% a acontecimientos adversos tardíos. El dolor de cabeza fue el efecto posterior más común, ocurriendo en el 24.1% de los pacientes y en el 12.8% de las infusiones.
En conclusión, los acontecimientos adversos tardíos de inmunoglobulina intravenosa son comunes en los niños. Ocurren más con mayor frecuencia que los inmediatos y son causa de significativa morbilidad. Es importante reconocer la alta presencia de los efectos posteriores para el debido cuidado de los niños que reciben IGIV.
Fuente bibliográfica
Arch Dis Child. 2006 Aug; 91(8):651-4
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