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20 Octubre 2006

Medicina interna

Mutaciones predisponen a las personas a sufrir enfermedad vascular

Estos datos sugieren que una detallada y correcta evaluación clínica es fundamental para realizar diagnósticos acertados. Para esto, el genotipo TGFBR es el más útil en pacientes con características del síndrome de Loeys-Dietz o del síndrome vascular de Ehlers-Danlos.

El síndrome de Loeys–Dietz es un síndrome autosómico dominante recientemente descrito que cursa con aneurismas aórticos y una amplia afectación sistémica. La enfermedad se caracteriza por la tríada de aneurismas y complicaciones arteriales, hipertelorismo y úvula bífida o paladar hendido y está causada por mutaciones heterocigotas en los genes que codifican los receptores 1 y 2 del factor de crecimiento transformante beta (TGFBR1 y TGFBR2, respectivamente).

Médicos de la Universidad Johns Hopkins y del Instituto Kennedy Krieger (Baltimore, Estados Unidos) efectuaron una caracterización clínica y molecular de 52 familias afectadas. Cuarenta personas presentaron las manifestaciones típicas del síndrome de Loeys–Dietz. En vista del solapamiento fenotípico entre este síndrome y el síndrome vascular de Ehlers–Danlos, los investigadores sometieron a sistemáticos análisis a otra cohorte de 40 pacientes que presentaban un síndrome vascular de Ehlers–Danlos sin las anomalías características del colágeno de tipo III ni las manifestaciones craneofaciales del síndrome de Loeys–Dietz.

Los resultados determinaron una mutación en el gen TGFBR1 o en el gen TGFBR2 en todos los individuos con síndrome de Loeys–Dietz típico (tipo I) y en 12 pacientes con síndrome vascular de Ehlers–Danlos (síndrome de Loeys–Dietz de tipo II). La historia natural de ambos tipos se caracterizaba por la presencia de aneurismas arteriales agresivos (edad media en el momento de la muerte: 26 años) y una elevada incidencia de complicaciones relacionadas con el embarazo (en 6 de 12 mujeres). En comparación con los pacientes con síndrome de Loeys–Dietz de tipo II, aquellos con síndrome de Loeys–Dietz de tipo I fueron sometidos a cirugía cardiovascular a edades más tempranas (edad promedio: 16,9 frente a 26,9 años) y fallecieron más jóvenes (22,6 años frente a 31,8 años). Se efectuaron 59 intervenciones quirúrgicas vasculares en la cohorte, con una muerte durante uno de los procedimientos. Esta baja tasa de mortalidad intraoperatoria distingue al síndrome de Loeys–Dietz del síndrome vascular de Ehlers–Danlos.

En conclusión, las mutaciones en el gen TGFBR1 o en el gen TGFBR2 predisponen a los pacientes a sufrir una enfermedad vascular caracterizada por su agresividad y amplia afectación. La gravedad de la presentación clínica es un factor predictivo de la evolución. La tipificación genotípica de los pacientes con síntomas como los del síndrome vascular de Ehlers–Danlos se puede utilizar para guiar la terapia, incluidas las decisiones relativas a la realización de intervenciones de cirugía vascular profilácticas y al momento adecuado para llevarlas a cabo.

Fuente bibliográfica

N Engl J Med. 2006 Aug 24;355(8):788-98

Ciencia y Medicina

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