Virología
Confirmada relación entre infección por C. pneumoniae y aterotrombosis
Además de los conocidos factores de riesgo cardiovasculares tales como la hipercolesterolemia, hipertensión y tabaquismo, también se sospecha de otros componentes en el desarrollo y progresión de la aterotrombosis. Chlamydia Pneumoniae, parásito intracelular que comúnmente infecta fagocitos mononucleares, ha sido foco de investigación por su posible asociación con este fenómeno patológico. Los macrófagos derivados de los monocitos se localizan en las placas ateroscleróticas humanas y proporcionan un mecanismo de entrada para el organismo en la pared de los vasos. A C. Pneumoniae se le ha identificado en placas ateroscleróticas de pacientes con enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares. La biología del agente infeccioso en las lesiones inflamatorias se caracteriza por alternar las fases de actividad y de latencia, seguidas de fibrosis y cicatrices, y en última instancia su degradación, en donde los antígenos son perceptibles por un tiempo considerablemente prolongado. De acuerdo con estudios sero-epidemiológicos, la asociación de altos niveles de IgA anti C. pneumoniae con la enfermedad sintomática sugiere que la infección crónica podría desempeñar una función importante en la activación de la placa y por tanto ser utilizada como un marcador en poblaciones de alto riesgo para futuros ensayos de prevención.
Dado dicho potencial, el objetivo del actual estudio fue buscar una asociación entre la infección crónica por C. Pneumoniae (indicado por los elevados títulos del anticuerpo contra el patógeno), la aterotrombosis y la ocurrencia de eventos isquémicos arteriales. Investigadores franceses analizaron a 52 pacientes que habían presentado por lo menos un episodio sintomático de aterotrombosis. A todos, sin historia de diabetes o hipercolesterolemia, se les evaluó la glucosa en ayuno y el perfil lipídico.
La prevalencia de anticuerpos IgG e IgA anti C. pneumoniae al comienzo era del 90% (IC del 95%: 79-97) y del 81% (67-90), respectivamente. Cuarenta y dos de los 52 pacientes (el 81%) experimentaron un nuevo acontecimiento isquémico arterial después de haberlos seguido durante nueve años [corazón: 19 (37%); cerebro: 12 (23%); extremidades inferiores: 8 (15%); y otros: 13 (el 25%)]. La ocurrencia de un nuevo accidente isquémico estuvo en directa relación con la edad (P = 0.003), el género (P = 0.009) y el hábito de fumar (P = 0.06). La presencia de IgA y de IgG anti C. pneumoniae fue perceptiblemente más alta en pacientes con aterotrombosis que en los controles.
Finalmente, el estudio confirmó la relación entre Chlamydia Pneumoniae y la aterotrombosis. Sin embargo, ni los anticuerpos para IgA ni para IgG representaron un significativo elemento predictivo para nuevos acontecimientos arteriales isquémicos en pacientes con la patología.
Fuente bibliográfica
Journal of Infection (2006) 53, 93-97
