Cirugía digestiva
Efectivo control del reflujo gastroesofágico previene complicaciones en esófago de Barrett
El Esófago de Barret es una anormalidad adquirida que se presenta en un 10 a 15% de los pacientes con reflujo gastroesofágico y consiste en la existencia de áreas de metaplasia intestinal por encima de la unión gastro-esofágica, que se detectan por vía endoscópica.
Por razones que aún no están del todo claras, su prevalencia ha ido en aumento en los últimos 25 años, con cifras que van desde 1/1000 Barret por endoscopía alta, hasta llegar a tasas de 60/1000.
Los pacientes con esta patología se caracterizan por sufrir severos síntomas de reflujo ya a edades tempranas, junto con la aparición de daños que incluyen exposición al ácido y/o contenido bilodigestivo en el esófago superior, extensas hernias hiatales, escasa contractibilidad y virtual ausencia del esfínter gastroesofágico.
En su editorial, el Dr Jeffrey H. Peters del Servicio de Cirugía de la University of Southern California, aborda el tema del tratamiento del esófago de Barrett haciendo referencia al estudio publicado en el mismo número del Annals of Surgery. El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Murcia, se hizo con el fin de comparar resultados del tratamiento médico versus la cirugía antirreflujo, en pacientes con Esófago de Barrett.
Su diseño fue prospectivo y aleatorizado, incorporando un grupo de 43 pacientes a tratamiento farmacológico (20mg de omeprazol diarios) y otro grupo de 58 pacientes tratados quirúrgicamente.
El equipo de investigadores realizó un seguimiento de 5 años sobre los sujetos incluidos en el estudio, con evaluaciones clínicas y endoscópicas. El éxito de las terapias fue analizado considerando el control clínico del reflujo y la prevención de displasia y adenocarcinoma esofágico.
Los resultados del estudio mostraron que no hubo diferencias entre los dos tipos de tratamiento en cuanto a prevenir la aparición de displasia y adenocarcinoma. Sin embargo, cuando se realiza un análisis segmentando entre los pacientes sometidos a cirugía, el subgrupo de sujetos cuyo pH se mantuvo normal luego de la intervención, desarrolló significativamente menos displasia y no desarrolló adenocarcinoma.
Este hallazgo no debe ser pasado por alto, según indica el Dr. Peters, puesto que los datos apoyan férreamente la eliminación del reflujo como una medida para prevenir la progresión de la neoplasia. Y agrega: “dado que las fallas de los dos tipos de terapia pueden ser identificadas y corregidas casi siempre, si el control del reflujo previene el cáncer deberíamos ser capaces de impactar significativamente sobre la ocurrencia del adenocarcinoma de esófago, uno de los tumores más letales conocidos por el hombre”.
Fuente bibliográfica
Annals of Surgery 2003;237:291-298;299-300