Neuropsicología
El cerebro de las personas autistas no descansa
Se sabe que varias regiones del cerebro (corteza prefrontal media, cingulada anterior rostral, cingulada posterior y precuneus) tienen una alta actividad metabólica durante el reposo, las cual se suprimen durante tareas cognitivamente exigentes (tales como cálculos matemáticos), y la desactivación que resulta de esta red es un indicador de una interrupción de los procesos internamente dirigidos en el transcurso de los pensamientos. En este contexto, el término desactivación refiere simplemente a la actividad que es mayor durante el descanso que durante el trabajo (es decir, el contrario de las activaciones típicamente reportadas). Mediante imagen por resonancia magnética (IRM), esta supresión de funcionalidad se observa como "desactivaciones" que se cree son indicativas de una interrupción de la actividad mental que persiste durante el descanso. Así, la desactivación que mide proporciona los medios por los cuales la actividad funcional asociada al reposo puede ser cuantitativamente examinada. Hay varias líneas de evidencia que sugieren que esta red de desactivación pudiera funcionar anormalmente en los autistas.
El doctor Daniel Kennedy y colaboradores (Departamento de Neurociencias de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos) utilizaron la resonancia magnética funcional para tomar imágenes de la actividad metabólica de las diferentes áreas del cerebro en 15 sujetos con autismo y 14 que conformaron el grupo control. Las edades promedios de los participantes del primer grupo eran de 25.49 + 9.61 y del control 26.07 + 7.95, las cuales no eran perceptiblemente diferentes.
Aplicando este acercamiento al autismo, los autores determinaron que los pacientes autistas no pudieron demostrar este efecto de desactivación o reposo. Además, hubo una fuerte correlación entre la evaluación clínica de debilitación social y la actividad funcional dentro de la corteza prefrontal media ventral. Igualmente, la actividad de los nervios es anormal, lo que reafirma que los individuos con autismo pudieran no poder relacionar los típicos pensamientos internamente dirigidos. Además, durante las tareas de procesos emocionales (asesinato, tortura y sangre), el funcionamiento del comportamiento y la actividad funcional en una región específica de esta red de desactivación (corteza frontal orbital media) eran anormales, sugiriendo que la debilitación del comportamiento puede persistir en las otras tareas en que participan estas regiones cerebrales. Finalmente, la cantidad de anormalidad funcional en la corteza prefrontal se correlacionó con la cantidad de debilitación social en individuos autistas.
Investigaciones futuras que exploren la actividad y la organización de la red neuronal de descanso en este tipo de alteración psicoconductual y en aquellos aspectos específicos que examinen los procesos funcionales, tales como los de reflexión, pueden proporcionar valiosos acercamientos a la base neurocognitiva del desorden.
Fuente bibliográfica
Proc Natl Acad Sci U S A. 2006 May 23; 103(21):8275-80