Nefrología
Terapia óptima después del trasplante de riñón varía entre pacientes
El trasplante renal es el tratamiento de elección para muchos pacientes con enfermedad renal en etapa terminal. La introducción de la ciclosporina en los años ochenta mejoró la supervivencia desde un 60% a más del 80%. El Tacrolimus emergió como inhibidor alternativo durante los años 90 marcando diferencias globales en los Estados Unidos. A pesar del impacto de estos inhibidores en el resultado inicial, la supervivencia a largo plazo de los pacientes trasplantados poco ha cambiado. Causas importantes de pérdida son nefropatía crónica y muerte (comúnmente cardiovascular). Factores reconocidos de riesgo aterogénico en la población (diabetes mellitus, dislipidemia e hipertensión) son más comunes en las personas con trasplante renal. En qué grado la mortalidad y el fracaso del procedimiento pueden ser atribuidos a estos factores, a la toxicidad del imunosupresor o a los efectos acumulativos de la infección y del rechazo aún se debate. Se sabe que el tacrolimus y la ciclosporina afectan estos factores de diferente manera. El primero se asocia a mayores tasas de diabetes y a neurotoxicidad pero a menos hipertensión y dislipidemia respecto a la ciclosporina. El objetivo de este estudio (Hospital Infantil de Westmead, Westmead, Australia) fue repasar sistemáticamente los ensayos controlados seleccionados al azar en los cuales el tacrolimus había sido comparado con la ciclosporina como terapia inmunosupresiva inicial en receptores de un riñón.
Fueron incluidos 123 informes a partir de 30 ensayos (4102 pacientes). A los seis meses, la pérdida del trasplante se reduce notoriamente en individuos tratados con tacrolimus (RR de 0.56; IC del 95%, de 0.36 a 0.86), y este efecto persistió hasta tres años. La reducción relativa de la pérdida disminuyó con concentraciones más altas de tacrolimus (P = 0.04) pero no varió con la formulación de la ciclosporina (P = 0.97) o de su concentración (P = 0.38). En un año, las personas bajo tacrolimus tenían menos rechazos agudos (RR = 0.69, 0.60 a 0.79) y menos rechazos por resistencia a esteroides (RR = 0.49, 0.37 a 0.64), pero sí más diabetes mellitus con requerimiento de insulina (RR = 1.86, 1.11 a 3.09), más temblores, dolor de cabeza, diarrea, dispepsia y vómitos. La diabetes aumentaba con concentraciones más altas de tacrolimus (P = 0.003). Con la ciclosporina, los individuos tenían considerablemente más estreñimiento y efectos secundarios. No se observaron diferencias en infección o malignancia.
En conclusión, tratar a 100 pacientes con tacrolimus en vez de ciclosporina evita 12 rechazos y dos pérdidas de órgano pero causa en cinco pacientes adicionales desarrollo de diabetes. La mejor elección del medicamento puede variar entre pacientes.
Fuente bibliográfica
BMJ. 2005 Oct 8; 331(7520):810-820