Psiquiatría
Terapia con luz mitigaría las depresiones afectivas estacionales
El desarrollo de la terapia mediante luz brillante en psiquiatría está estrechamente relacionado con la descripción original del desorden afectivo estacional (DAE). Hace algunas décadas, un informe incluyó resultados preliminares que indicaban que la luz artificial brillante era más eficaz que la luz débil en este tipo de depresión. Además, el artículo presentó una hipótesis subyacente sobre la patofisiología del síndrome, que alteró los parámetros de tratamientos existentes. El desorden afectivo estacional y la terapia con luz brillante capturaron rápidamente la atención en la comunidad científica y en el público en general. Varios grupos de investigación lanzaron programas de ensayos clínicos, y pronto este tratamiento experimental fue aplicado a otras condiciones, incluyendo al desorden afectivo no estacional, enfermedad de Alzheimer, alteraciones relacionadas con el sueño, desórdenes de alimentación y otros síndromes del comportamiento.
La asociación americana de psiquiatría (APA) ha solicitado una investigación para examinar la eficacia de la terapia mediante luz artificial y poder así utilizar los principios de la medicina basada en la evidencia. Por lo tanto, el propósito del presente estudio fue determinar la información existente sobre la eficacia de la terapia con luz en los diferentes desórdenes del ánimo. Los autores buscaron en la base de datos PubMed (enero de 1975 a julio de 2003) para identificar ensayos aleatorizados y controlados sobre luz artificial como terapia para desórdenes afectivos que satisficieran criterios predefinidos. Los datos fueron sintetizados por categoría de la enfermedad y de la intervención.
Los resultados indicaron que solamente el 13% de los estudios resolvieron esos criterios. El meta-análisis reveló que una reducción significativa en la severidad del síntoma depresivo se asocia al tratamiento con luz brillante (ocho estudios, con efecto de 0.84; IC del 95%: 0.60 a 1.08), a la “simulación del amanecer” sobre el desorden afectivo estacional (cinco estudios; efecto de 0.73; IC del 95%: 0.37 a 1.08) y también en la depresión no estacional (tres estudios; 0.53, e IC 0.18 a 0.89). La luz en conjunto con antidepresivos para la patología no estacional no se mostró eficaz (cinco estudios; tamaño del efecto = -0.01, IC del 95%: -0.36 a 0.34).
En conclusión, muchos informes respecto a la eficacia de la terapia de luz no se basan en diseños rigurosos. Este análisis sugiere que el tratamiento con luz brillante y la “simulación de amanecer” para el desorden afectivo estacional y la luz para la depresión no estacional son eficaces, con resultados equivalentes a la mayoría de los estudios farmacoterapéuticos. Adoptar un acercamiento estándar para áreas específicas e incorporar diseños rigurosos son necesarios para evaluar este tipo de esquemas en los desórdenes del ánimo.
Fuente bibliográfica
Am J Psychiatry. 2005 Apr; 162(4):656-62