Salud familiar
Alteraciones del sueño durante el embarazo predicen partos más largos
La fatiga y la perturbación del sueño son particularidades comunes entre mujeres embarazadas y han sido bien documentadas en investigaciones pasadas. En otros grupos, el cansancio y desórdenes en el dormir se asocian a resultados físicos y sicológicos adversos, pero no se han estudiado adecuadamente en asociación con aspectos perinatales negativos. La privación prenatal del sueño ha sido implicada en el desarrollo de estados disfóricos posparto, pero no existe evidencia de que el agotamiento o el sueño influyan en los resultados del trabajo de parto. En un estudio de 99 mujeres, no se encontró relación alguna entre calidad del sueño durante el embarazo, su duración, y tipo o percepción maternal del alumbramiento. Sin embargo, sus conclusiones estuvieron basadas en cuestionarios no validados. Como parte de un ensayo clínico para probar una intervención para mejorar el sueño en madres y padres durante el período neonatal, médicos de familia de la Universidad de de California (San Francisco, California, Estados Unidos), obtuvieron medidas objetivas y subjetivas de los sueños. Datos sobre el sueño y la fatiga en grupos control y de intervención fueron recogidos durante la evaluación prenatal y se utilizaron para relacionarlos con resultados de trabajo de parto. Los autores trataron de probar la hipótesis de que alteraciones durante el sueño y la fatiga en las últimas etapas del embarazo se podrían asociar al tipo y a la duración del parto.
El estudio prospectivo observó a 131 mujeres hasta los nueve meses de embarazo, y consideró la forma objetiva (actigrafía aplicada en la muñeca durante 48 horas) y la forma subjetiva (registros y cuestionarios del sueño) para obtener información y así predecir los resultados de los partos mediante análisis de variación y de regresión logística. Según los resultados del estudio, al controlar para peso infantil de nacimiento, las mujeres que durmieron menos de 6 horas durante la noche tenían partos más prolongados y una probabilidad 4.5 veces mayor de terminar en una cesárea. Mujeres con sueños seriamente interrumpidos tenían partos más largos y con 5.2 veces más de cesáreas. No se encontró ninguna relación con respecto a la fatiga.
La conclusión de los autores señala que los profesionales a cargo del cuidado médico de las embarazadas deberían aconsejar 8 horas de tiempo para durante el embarazo para así asegurar un sueño adecuado, y también comprometerse a incluir en las evaluaciones prenatales cantidad y calidad del sueño como potenciales predictores de la duración y del tipo de parto.
Fuente bibliográfica
Am J Obstet Gynecol. 2004 Dec; 191(6):2041-6