Fármaco-epidemiología
Uso de beta-bloqueadores en hombres y mujeres se relaciona con menor riesgo de fracturas
Varios estudios han sugerido que el sistema nervioso simpático tiene un efecto catabólico en los huesos. Datos in vitro demuestran que los agonistas adrenérgicos estimulan la resorción del hueso y que la simpatectomía química con guanetidina, un agente neurotóxico simpático, deteriora tal resorción inhibiendo la diferenciación del pre-osteoclasto y disturbando la activación del osteoclasto. Además, el propanolol aumenta la formación de hueso en ratas femeninas ovariectomizadas, estos resultados sugieren que los B-bloqueadores pueden revertir la pérdida de masa ósea en mujeres postmenopáusicas, de hecho, en un reciente estudio que incluyó a 569 pacientes con fractura, su utilización estuvo asociado a una mayor densidad mineral del hueso en la cadera y en el antebrazo en mujeres de 50 años o más, y también a una disminución del 30% para el peligro de fractura.
Por otra parte, los diuréticos tiazidas son considerados protectores contra la pérdida de hueso al reducir la excreción urinaria de calcio. Varios estudios epidemiológicos sugieren que las tiazidas están unidas a un menor riesgo de fractura, pero ninguno ha evaluado el uso de B-bloqueadores y la asociación de fracturas en hombres y mujeres jóvenes o la asociación combinada de tiazidas y B-bloqueadores. Este estudio realizado por investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza), exploró la relación entre al utilización de B-bloqueadores, con o sin uso concomitante de tiazidas, y fracturas en hombres y mujeres entre 30 y 79 años. Se incluyeron a 30.601 pacientes con diagnóstico de fractura y a 120.819 controles, emparejados en edad, sexo, tiempo calendario y atención médica.
Las fracturas más frecuentes se observaron en la mano y parte inferior del brazo (n= 12.837 [42.0%]); y en el pie (n= 4.627 [15.1%]). Comparado con los pacientes que no utilizaron beta bloqueadores o tiazidas, el riesgo para el uso individual de B-bloqueadores (> 3 prescripciones) fue de 0.77 (IC del 95%, 0.72-0.83); para el uso sólo de tiazidas (>3 prescripciones), 0.80 (0.74-0.86); y para el uso combinado de B-bloqueadores y tiazidas, 0.71 (0.64-0.79). Los datos fueron ajustados según hábito de fumar; índice de masa corporal; número de asistencia médica y uso de bloqueadores de canales del calcio, de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, de antisicóticos, de antidepresivos, de estatinas, de antiepilépticos, de benzodiazepinas, de corticoesteroides y de estrógenos.
En conclusión, los datos sugieren que los beta bloqueadores están asociados a un riesgo reducido de fracturas, ya sea administrados solos o conjuntamente con tiazidas. Muchos pacientes mayores con hipertensión que están en peligro de desarrollar osteoporosis pueden potencialmente beneficiarse de una terapia combinada de B-bloqueadores y tiazidas.
Fuente bibliográfica
JAMA 2004 Sep 15; 292(11):1326-32