Medicina del sueño
Médicos residentes con menor cantidad de turnos optimiza la atención médica
Aún se carece de evidencia suficientemente sobre los efectos fisiológicos de los extensos periodos de trabajo (24 horas o más) en médicos residentes, si bien, recientemente el consejo norteamericano de acreditación para la educación médica postgraduada (ACGME, por sus siglas en inglés), les ha limitado las horas de trabajo a menos de 320 horas al mes, con hasta 32 horas adicionales en casos excepcionales. Pero, en gran medida a la discusión le faltan datos objetivos de cuantificación sobre las horas reales de desempeño y sueño. Ciertos informes han indicado que, y antes de que las nuevas regulaciones fuesen puestas en práctica, algunos residentes trabajaban hasta 140 horas semanales, aunque se ha cuestionado la validez de tal información. Aunque la residencia puede restringir las oportunidades para dormir, dado que una semana tiene sólo 168 horas, se ha sugerido que reducir el horario de trabajo tampoco aseguraría aumentar una mayor duración del sueño. Ni las restricciones puestas en ejecución ni las reformas propuestas por otros autores para reducir el número de horas de trabajo de los residentes fueron evaluadas a priori para determinar su efecto sobre el sueño o funcionamiento.
Dos estudios en curso realizados en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Boston, Estados Unidos) fueron diseñados para cuantificar las horas de trabajo, de sueño y los índices de errores médicos entre residentes que se desempeñan en unidades de cuidado crítico. También, como parte de las investigaciones anteriores, docentes del Programa de Medicina Interna, intentaron demostrar la hipótesis de que la reducción de horas de trabajo; permitiría aumentar notoriamente la duración del sueño y reduciría las fallas en la atención médica respecto al horario tradicional de trabajo. Se estudiaron a veinte residentes durante dos rotaciones, de tres semanas cada una, en unidades de cuidado intensivo. Los jóvenes médicos completaban diariamente tanto los registros de sueño los cuales eran validados respecto a episodios semanales regulares (72 a 96 horas) a través de polisomnografías (r = 0.94) como los registros de trabajo que a su vez eran ratificados por medio de la observación directa del equipo de investigación (r = 0.98).
Según los resultados, 17 de los 20 residentes trabajaron más de 80 horas por semana durante el horario tradicional (promedio, 84.9; rango, 74.2 a 92.1). Para el “horario de intervención” o reducido, todos los médicos laboraron menos de 80 horas semanales (promedio, 65.4; rango, 57.6 a 76.3). En promedio, estos últimos desempeñaron 19.5 horas menos por semana (P < 0.001), durmieron 5.8 horas más (P < 0.001) e incluso dentro de la medida de las 24 horas. Además, se redujo a menos de la mitad el índice de errores en la atención de pacientes especialmente durante los turnos de noche (P = 0.02).
En conclusión, la reducción de las extensas jornadas de trabajo permitió mejorar significativamente la calidad y cantidad de sueño en médicos residentes y disminuyó las tasas de errores o faltas en la atención médica durante el horario nocturno.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med 2004 Oct 28;351(18):1829-37