Estudio INTERHEART
Los infartos de miocardio son prevenibles de igual forma en todo el mundo
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo. Aunque los índices de mortalidad cardiovasculares han declinado en la mayoría de los países desarrollados durante las últimas décadas, éstos han aumentado de forma considerable en los de bajos ingresos. La prevención eficaz necesita de una estrategia global basada en el conocimiento de la importancia de los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular en diversas regiones geográficas y entre grupos étnicos. El conocimiento actual sobre prevención y enfermedad cardiovascular deriva principalmente de estudios hechos en poblaciones de origen europeo. Las investigaciones no aseguran ni señalan en qué medida estos resultados se podrían aplicar en el resto del mundo. Ciertos datos sugieren que factores de riesgo para la enfermedad cardíaca pueden variar entre poblaciones (por ejemplo, los lípidos no se asocian a este desorden en zonas asiáticas del sur) y los aumentos en presión arterial pueden ser más importantes en personas de origen chino. Incluso, si la asociación de un factor de riesgo con enfermedad cardíaca coronaria es similar entre poblaciones, el predominio de este factor puede variar, dando como resultado diferencias de riesgos atribuibles a la población (RAP). Por otra parte, estas evidentes variaciones étnicas también podrían ser atribuibles a diferencias de diseño, tamaño y análisis de los estudios.
El estudio INTERHEART realizó una investigación caso-control del infarto agudo de miocardio en 52 países, representando a todos los continentes y alistando a 15152 casos y a 14820 controles. Este informe se centró en la asociación de nueve factores protectores o de riesgo fácilmente medibles: hábito de fumar, historia de hipertensión o de diabetes, obesidad, patrones dietéticos, actividad física, consumo de alcohol, apolipoproteínas en la sangre (Apo) y factores psicosociales. Los objetivos específicos fueron determinar la fuerza de asociación entre los varios factores de riesgo y el infarto en la población de estudio y comprobar si ésta varía por región geográfica, origen étnico, sexo, o edad. Un segundo objetivo fue estimar factores de riesgos atribuibles a la población (RAP), sus combinaciones en la población total y en los subgrupos.
El fumar (riesgo del 2.87 versus nunca, RAP del 35.7%), la relación ApoB/ApoA1 (3.25 para el quintil superior versus el más bajo, RAP 49.2% para los cuatro quintiles superiores versus el más bajo), la hipertensión (1.91, RAP 17.9%), la diabetes (2.37, RAP 9.9%), la obesidad abdominal (1.12 para el tertil superior versus el menor, y 1.62 para el tertil medio contra el tertil más bajo, RAP 20.1% para los dos tertiles superiores versus el menor), los factores sicosociales (2.67, RAP 32.5%), el consumo diario de frutas y vegetales (0.70, RAP 13.7% por falta de consumo diario), la ingesta regular de alcohol (0.91, RAP 6.7%) y la actividad física regular (0.86, RAP 12.2%), se relacionaron considerablemente al infarto agudo de miocardio (P < 0.0001 para todos los factores de riesgo y P = 0.03 para el alcohol). Estas asociaciones fueron observadas en hombres y mujeres, viejos y jóvenes, y en todas las regiones del mundo. Colectivamente, estos nueve factores de riesgo abarcaron el 90% de los riesgos atribuibles a la población en hombres y el 94% en mujeres.
La interpretación final del estudio señala que valores lipídicos anormales, fumar, hipertensión, diabetes, obesidad abdominal, factor psicosociales, consumo de fruta, verduras y alcohol y actividad física regular explican en gran medida la mayoría de los riesgos para el infarto agudo de miocardio, en ambos sexos y en todas las edades. Esto sugiere que la prevención puede basarse en principios similares a nivel mundial.
Fuente bibliográfica
Lancet 2004 Sep 11; 364(9438):937-52