Epidemiología y cáncer
La actividad sexual no se relaciona con un mayor peligro de cáncer de próstata
Se presumía que la actividad sexual podría afectar a la carcinogénesis de la próstata mediante numerosas vías etiológicas. Uno de los muchos mecanismos postulados implicaba una actividad sexual creciente como indicador de alta actividad androgénica y así, como marcador para poblaciones de alto riesgo. Otro mecanismo propuesto, señala que la actividad sexual representa la oportunidad para la exposición a agentes infecciosos, aunque no se ha implicado consistentemente ninguna infección transmitida sexualmente en el desarrollo del cáncer de próstata. Contrariamente, otra hipótesis alternativa, sugiere que un número reducido de eyaculaciones en hombres normales podría ser un factor de peligro etiológico para la neoplasia prostática, este asunto se basa en la teoría de que la infrecuencia aumentaría el riesgo de cáncer debido a la conservación de secreciones carcinógenas en los conductos prostáticos.
En los Estados Unidos, el 38% de las personas casadas mayores de 60 años tienen actividad sexual entre 1 a 4 veces por mes y el 14% indica realizarla al menos 5 veces por mes. Aunque la libido declina con la edad, la actividad sexual es común en hombres de hasta 90. Dado que la sexualidad es común, incluyendo a los hombres de bastante edad, y que el riesgo de cáncer de la próstata es alto, cualquier asociación entre estos dos factores tendría importancia en salud clínica y pública. Los datos epidemiológicos existentes sobre actividad sexual y cáncer de próstata son de estudios limitados a casos-control, que pueden ser particularmente propensos a errores metodológicos porque la información sobre la actividad sexual se recoge después de diagnosticado el cáncer. La función sexual puede disminuir después del diagnóstico y su tratamiento y el recuerdo de la actividad sexual en individuos con cáncer de próstata se podría distorsionar como consecuencia de la malignancia de la próstata o de la terapia en curso.
Los datos prospectivos sobre cáncer prostático y actividad sexual se restringen a sólo dos investigaciones. Estos estudios consideraron la edad para la primera unión, estado civil y el número de niños como medidas de actividad sexual y no encontraron ninguna asociación entre estos factores y cáncer de próstata. Así, la relación entre la actividad y riesgo de cáncer de próstata aún no está clara. Para ayudar a resolver este tema, investigadores del Instituto Nacional del Cáncer (Bethesda, Meryland, Estados Unidos) examinaron la asociación entre la frecuencia de eyaculación, que incluye cópula sexual, emisión nocturna, masturbación y el riesgo de cáncer de próstata. Para ello se realizó un estudio prospectivo utilizando datos recolectados durante febrero de 1992 a enero de 2000 en 29.342 hombres, edades entre 46 a 81 años, que proporcionaron información respecto a la frecuencia de eyaculación mediante cuestionarios respondidos cada 2 años. La frecuencia de eyaculación fue determinada pidiendo que los participantes divulgasen el número medio de eyaculaciones que tenían por mes durante las edades de 20 a 29 años, 40 a 49 años y durante el año 1991. El resultado principal a evaluar fue la incidencia de cáncer de próstata.
Según los resultados de la investigación, aparecieron 1.449 nuevos casos de cáncer de próstata, 953 casos confirmados a órgano y 147 casos avanzados. La mayoría de las categorías para la frecuencia de eyaculación no tuvieron relación con un riesgo de cáncer prostático, sin embargo, la alta frecuencia fue relacionada con un peligro disminuido. Los riesgos relativos multivariables (raza, historia familiar de neoplasias, vasectomía, IMC) para hombres que reportaron 21 o más eyaculaciones durante un mes comparado con hombres que divulgaron 4 a 7 eyaculaciones por mes, en las edades 20 a 29 años fue de 0.89 (0.73-1.10, IC del 95%); en las edades 40 a 49 años, 0.68 (0.53-0.86); para el año 1991 0.49 (0.27-0.88); y como promedio a través de un curso de vida, 0.67 (0.51-0.89). Asociaciones similares fueron observadas para el cáncer de próstata órgano-confinado. Por último, la frecuencia de eyaculación no se vio estadísticamente asociada a riesgo de cáncer avanzado de próstata.
En conclusión, los resultados del estudio sugieren que la frecuencia de la eyaculación no esta relacionada con un riesgo creciente de cáncer de próstata, proponiendo incluso que esta alta frecuencia, posiblemente se pudiese ligar a un menor peligro de cáncer total y órgano-confinado de próstata.
Fuente bibliográfica
JAMA 2004 Apr 7; 291(13):1578-86