Genética y corazón
La herencia familiar predispone al desarrollo de enfermedades cardiovasculares en los adultos
Una historia familiar de enfermedad cardiovascular (ECV) es un factor de riesgo extensamente aceptado para futuros acontecimientos cardiovasculares en los descendientes, particularmente si es prematura. Las actuales guías recomiendan la consideración de una historia parental positiva de enfermedad cardíaca coronaria prematura cuando se tiene que decidir si iniciar la terapia antihiperlipidémica o antihipertensiva en prevención primaria, sin embargo, la verdadera magnitud de riesgo independiente que es conferida por la ocurrencia de la enfermedad cardiovascular familiar sigue siendo polémica. Esta incertidumbre existe, en gran parte, porque la información disponible que examina la asociación entre ECV familiar y los descendientes, deriva de estudios retrospectivos casos-control o de estudios longitudinales que confían en los mismos informes de los hijos o descendientes, con validación limitada o ausente de acontecimientos parentales.
La documentación de los descendientes relacionada con la historia familiar puede ser poco fiable, pudiendo conducir a estimaciones incorrectas del riesgo asociado a la ECV parental. El efecto del riesgo de la ECV familiar en el riesgo del descendiente a través de los elementos de peligro individuales tampoco está bien entendido. Es por lo anterior, que los autores de un informe recientemente publicado en la revista JAMA, analizaron los datos del estudio de Framingham con el objetivo de determinar si la presencia de enfermedades cardiovasculares en los padres, constituye por si mismo, un factor predictor independiente de los tradicionales factores de riesgo en sus hijos.
Según los resultados de la publicación, de los 2302 hombres y mujeres (edad promedio, 44 años), 164 hombres y 79 mujeres evidenciaron acontecimientos cardiovasculares. Al compararlos con los participantes sin enfermedad cardiovascular familiar, éstos con a lo menos uno de los padres con ECV relativamente temprana (antes de los 55 años en hombres y antes de los 65 en mujeres) tenían un riesgo mayor para dichos acontecimientos, de 2.6 para los hombres y de 2.3 para las mujeres. Después del ajuste multivariable, el riesgo representó un 2.0 para los hombres y un 1.7 para las mujeres. La enfermedad cardiovascular familiar no prematura y la enfermedad coronaria parental fueron predictores más débiles. Por último, la información adicional obtenida, resultó en definitiva ser muy útil también para predecir dicho riesgo en aquellos hijos que se encontraban en una zona de niveles intermedios de colesterol y presión arterial.
Es así, como los autores concluyen que la información que puedan proporcionar los padres, puede ayudar a clínicos y pacientes a una adecuada y oportuna prevención primaria de toda enfermedad cardiovascular, más cuando las decisiones para su tratamiento puedan resultar difíciles en el caso de pacientes con riesgo intermedio basado en niveles de riesgo simples o múltiples. Esta información también daría un fuerte apoyo a toda investigación adicional que busque los determinantes genéticos del riego cardiovascular.
Fuente bibliográfica
JAMA 2004 May 12; 291(18):2204-11