Infecciones agudas
A más de un año los afectados por ántrax aún siguen soportando problemas de salud
Los autores, del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) Estadounidenses, explican que los síntomas no parecen estar directamente relacionados con la exposición a la bacteria, sino que reflejan los problemas derivados de una experiencia traumática. Por tanto, estos problemas de salud no pueden definirse como un efecto causal de la infección, no obstante, su persistencia pone de manifiesto, la necesidad de proporcionar a los afectados asistencia inmediata, tanto física como mental, tras sucesos tan traumáticos, como los ataques bioterroristas, huracanes o asaltos personales, ya que exposiciones a acontecimientos impactantes y complejos se han asociado a síntomas somáticos médicamente inexplicados y a una baja física.
Con el objetivo de describir la relación entre la infección por ántrax y los persistentes síntomas somáticos en adultos sobrevivientes de ataques con ántrax, un equipo de once investigadores del CDC realizó dicho estudio que trató de evaluar en los afectados, el estado de salud, los problemas psicológicos y los índices relativos a calidad de vida.
En otoño de 2001, poco después de los atentados del 11 de Septiembre, se registraron en Estados Unidos 22 casos de carbunco, 11 de ellos por inhalación de esporas y 11 por contacto cutáneo. De los 17 supervivientes, 6 presentaron carbunco respiratorio y 11 cutáneo. Un año después de la infección, los autores del estudio entrevistaron a 15 de los 16 supervivientes, todos adultos, quienes informaron experimentar una variedad de síntomas, entre los cuales los más frecuentes resultaron ser tos crónica, dificultad respiratoria, dolor y problemas de memoria. Los síntomas reportados afectaban múltiples sistemas del cuerpo, pero significativamente mayor fue el aspecto psicológico (P< 0.001), y se observaron índices de calidad de vida considerablemente bajos al compararlos con poblaciones de referencia. Ocho sobrevivientes (el 53%), no habían vuelto al trabajo desde su infección. Comparando manifestaciones de la enfermedad, los sobrevivientes que inhalaron algún agente biológico divulgaron una salud física perceptiblemente más baja que aquellos sobrevivientes “cutáneos” (30 contra 41; P = 0.02). Al revisar los archivos clínicos de estos pacientes, los investigadores no pudieron encontrar explicaciones para tales síntomas.
Es así, como los autores concluyen que los sobrevivientes de ántrax continúan divulgando significativos problemas de salud y una pobre calidad de vida un año después del inicio de la enfermedad. Un equipo médico psiquiátrico, además de sistemas de asistencia médica, apoyo y rehabilitación, deberían estar más coordinados, con el objeto de minimizar el deterioro funcional de estos pacientes y de esta manera mejorar su calidad de vida.
Fuente bibliográfica
JAMA 2004 Apr 28; 291(16):1994-8