Psiquiatría
La pérdida del cónyuge influye significativamente en la sobrevida de la pareja que subsiste
Los suicidios prevalecen en familias con historial de desórdenes psiquiátricos y suicidios. Los factores genéticos y ambientales pueden desempeñar un papel individual y determinante en la agregación familiar de los suicidios, pero inseparables en la mayoría de las conclusiones finales de los estudios. Ya que los matrimonios generalmente no tienen relación genética, estudiarlos podría identificar los factores ambientales y los medios de protección. Una pareja que muere o que tiene un desorden psiquiátrico puede tornarse como un elemento agotador; la mortalidad aumenta en la pareja que sobrevive. Por esta razón, el Dr. Esben Agerbo (Universidad de Aarhus, Dinamarca) investigó la asociación entre enfermedad psiquiátrica en casados, suicidio y otras causas de muerte.
El investigador recolectó datos de registros basados en la población usando los números personales de identificación que se les asigna a todas las personas que viven en Dinamarca. Emparejó al azar a individuos de 25 a 60 años de edad que habían estado relacionadas con un suicidio durante los años 1982 a 1997 frente a una muestra de 20 individuos estratificados por sexo y año de nacimiento. Alistó solamente a gente que había estado viviendo en Dinamarca durante los últimos dos años, identificando a todos los esposos e hijos que habían vivido con estas personas. Por último, obtuvo la admisión, las fechas y diagnósticos del registro central psiquiátrico danés, que ha supervisado a todas las instituciones desde el año 1969.
Se identificaron 9.011 suicidios, 180.220 controles y 111.172 parejas. Las personas quienes sus pares habían sido admitidos en un centro por un desorden psiquiátrico, se encontraban con un mayor riesgo de suicidarse, particularmente si la admisión había sido recientemente (RR de 5.09; con IC de un 95%, 3.53 a 7.35). La gente con esposos que habían muerto, especialmente por suicidio, llegaron a tener un riesgo de sufrir el suicidio de 21.69 (11.10 a 42.37). Un análisis ajustado encontró asociaciones más débiles, pero el suicidio de una pareja seguía siendo indicativo para el propio suicidio (P = 0.01). No hubo relación en esposos con parejas que eran admitidas por otro efecto adicional. La investigación basada en registros rutinarios tuvo limitaciones, por ejemplo, no existen datos sobre episodios de enfermedades y de intentos de suicidio que no condujeron a una admisión.
Para el médico danés, factores ambientales en común pueden poner a las parejas en peligro de sufrir la misma enfermedad y los resultados encontrados sugerirían que rasgos de comportamientos se asocian a algunos desórdenes psiquiátricos, o que la misma admisión hospitalaria aumenta el riesgo de suicidio en los esposos. La pérdida conyugal tendría un impacto importante en la mortalidad de las parejas que sobreviven y la pérdida debida al suicidio aumenta el riesgo del propio suicidio, más que la pérdida debida a otras formas de fallecimiento. En general, el suicidio puede inducir a una pena difícil de asimilar, pero particularmente el suicidio de un esposo incrementa el propio suicidio, seguramente como un mecanismo o medio para terminar con la pena.
Fuente bibliográfica
BMJ 2003; 327(7422):1025-6