Prevención de la obesidad infantil
Los niños deberían practicar por lo menos una hora diaria de ejercicio físico moderado a vigoroso
La “epidemia” de la obesidad infantil se ha atribuido en gran parte a una disminución en los gastos energéticos totales (GET), pero no existen datos sobre esto o sobre resultados de muestras representativas de la actividad física en niños. El predominio de la obesidad durante la niñez en el Reino Unido ha aumentado fuertemente durante los últimos años, por tanto, se necesitan urgentemente políticas públicas de salud que impliquen estrategias que aumenten la actividad física, reduzcan el comportamiento sedentario, o ambas, en los primeros años de vida.
En un estudio realizado por científicos de la Universidad de Glasgow sus autores subrayan la importancia de incrementar la actividad física antes de que el problema de salud sea más severo e irreversible. Ellos postulan que la forma de vida de niños jóvenes contemporáneos es sedentaria y probaron esta hipótesis por la medida simultánea de la GET, de la actividad física y del comportamiento carente de movimiento en niños jóvenes de la ciudad de Glasgow en el Reino Unido.
Seleccionaron una muestra representativa de 78 niños británicos de tres años desde marzo de 1999 y julio 2000, con consentimiento de los padres y estos fueron estudiados durante 2 años, es decir hasta que ellos cumplieron los cinco años (n=72). Los resultados demostraron que el riesgo de padecer obesidad iba de la mano con la inactividad física. Para ello se evaluó el gasto total de energía, la actividad física y el comportamiento sedentario de los niños. El nivel de actividad física promedio (GET/ declinación del gasto energético) fue de 1.56 (DS 0.39) a la edad de 3 años y 1.61 (DS0.22) a los 5 años. El tiempo medio de sedentarismo era de un 79% en las horas supervisadas a la edad de 3 años y del 76% a los 5 años. El tiempo promedio de actividad física moderada a vigorosa representó solamente un 2% a la edad de 3 años y de un 4% a los 5 años.
En conclusión se desprende que los niños entre 3 y 5 años registraron un gasto de energía significativamente menor que el promedio recomendado de 200 calorías. Tanto en el Reino Unido como en otros países del mundo se necesitan urgentes intervenciones de salud pública para abordar este problema implementando estrategias de actividad física, reducción del sedentarismo y hábitos de vida saludable para mejorar la calidad de vida.
Fuente bibliográfica
Lancet 2004; 363(9404): 211-212