Ginecología
Intervalos mayores entre los screening de cáncer cervical aumentarían el peligro de padecer cáncer de cuello uterino
Aunque las pautas clínicas contemporáneas sugieren que los intervalos entre las pruebas de Papanicolau se podrían ampliar hasta tres años en mujeres de bajo riesgo y con pruebas negativas anteriores, el aumento de peligro para cáncer cervical asociado a menor frecuencia del “screening” o cribado anual, es por lo menos incierto. De hecho, citando la carencia de evidencia directa de que un examen anual conduciría a mejorar resultados, que aquella investigación realizada cada tres años, organismos preventivos de los Estados Unidos recomendaron recientemente que el cribado para el cáncer cervical sea llevado a cabo una sola vez cada tres años, más bien que cada año. Tal vez, la resistencia a defender la menor frecuencia puede ser debido a la opinión de que existiría una visión alejada e inaceptablemente alta del riesgo para el cáncer cervical.
Un grupo de médicos del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductiva de la Universidad de California (Estados Unidos), estudiaron y determinaron el predominio de la neoplasia cervical en 938.576 mujeres menores de 65 años de edad, estratificadas según el número previo de pruebas negativas consecutivas de Papanicolau. Se utilizó el modelo de Markov que estima la tasa por la cual una displasia progresaría a cáncer, entonces se evaluó el riesgo de cáncer en un plazo de tres años, después de unas o más pruebas negativas de Papanicolaou, así como también, el número de pruebas adicionales de Papanicolaou y de exámenes colposcópicos que deberían ser requeridos para evitar un caso de cáncer, dado un particular intervalo de tiempo entre los cribados.
De las 31.728 mujeres, de 30 a 64 años de edad, que habían tenido tres o más pruebas negativas consecutivas, el predominio de neoplasia cervical intraepitelial cervical de grado 2, probado con biopsia, fue de un 0.028% y la prevalencia de neoplasia de grado 3 fue de 0.019%; ninguna de las mujeres padecía de cáncer cervical invasor. Según el modelo de los investigadores, el riesgo estimado de cáncer con pruebas anuales de Papanicolau durante tres años era 2 en 100.000, entre mujeres de 30 a 44 años de edad, 1 en 100.000 entre mujeres de 45 a 59 años de edad y 1 en 100.000 entre mujeres de 60 a 64 años de edad; estos riesgos serían de 5 en 100.000, 2 en 100.000 y 1 en 100.000, respectivamente, si el cribado era realizado una sola vez en tres años después de la última prueba negativa. Para evitar un caso adicional de cáncer cribando a 100.000 mujeres anualmente durante tres años, en vez de una sola vez durante este periodo de tiempo, se necesitarían un promedio de 69.665 pruebas adicionales de Papanicolaou y de 3861 evaluaciones colposcopicas en mujeres 30 a 44 años de edad, con de un promedio de 209.324 pruebas adicionales de Papanicolau y de 11.502 exámenes colposcópicos en mujeres 45 a 59 años de la edad.
Finalmente los autores concluyen, que al comparar el examen anual por tres años, el screening realizado una sola vez en estos tres años, y después de la pasada prueba negativa en mujeres de 30 a 64 años de edad que hayan tenido tres o más pruebas negativas consecutivas de Papanicolau, se asociaría a un aumento de riesgo de padecer cáncer del cuello uterino en el futuro, de aproximadamente 3 en 100.000 mujeres.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med 2003; 349(16):1501-9