Dermatología y Venereología
Una intervención temprana de la dermatitis atópica podría retardar el desarrollo de futuros desórdenes alérgicos
Varios estudios preliminares han examinado con eficacia de que un tratamiento profiláctico en niños con dermatitis atópica mediante agentes antihistamínicos orales podría disminuir la gravedad y el peligro de desarrollar rinitis alérgica o asma, según la conclusión de los doctores Jonathan M. Spergel y Amy S. Paller, inmunólogos de la División de Alergia e Inmunología del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos), base a su vez, de una revisión sobre el tema aparecida en el número de diciembre 2003 de la revista “The Journal of Allergy and Clinical Immunology”.
La dermatitis atópica (DA), es uno de los desórdenes más comunes de la piel durante la edad pediátrica, la cual tiene su inicio durante los primeros 6 meses de la vida en un 45% de los niños, durante el primer año en el 60% y antes de los 5 años, en por lo menos el 85% de los individuos. Aunque el término eczema se utiliza con frecuencia, la DA es un concepto más detallado para describir un subconjunto patológico de la dermatitis, agregada al grupo de desórdenes atópicos en 1933, en base a la asociación de esta forma de eczema con el asma y la rinitis alérgica, de hecho, la DA es a menudo la primera manifestación de esta tríada atópica.
La prevalencia de la dermatitis atópica es similar en los Estados Unidos, Europa y Japón con semejantes incrementos a otros desórdenes atópicos, particularmente con el asma. La manifestación de la DA se presenta en una proporción importante en la población pediátrica y ha representado aumento marcado durante las últimas décadas, paralelo al aumento de niños con asma, lo cual ha sugerido causales comunes, consistente con la frecuencia de desarrollo de otros desórdenes atópicos. La DA se presenta mayormente en áreas urbanas más que en zonas rurales, en familias pequeñas y en clases socioeconómicas más altas, sugiriendo que una exposición a agentes contaminadores antigénicos y a una falta de exposición a agentes infecciosos durante la fase temprana de la vida podrían desempeñar un papel importante en el desarrollo de la dermatitis, aunque su pronóstico para un niño individual es imprevisible.
Las características clínicas de la dermatitis atópica que permiten el diagnóstico son la cronicidad del desorden, el prurito asociado y la morfología y distribución de las lesiones. El grado de la implicación puede extenderse de suave y limitado a generalizado y severo. La DA se ha clasificado en 3 fases secuénciales en base a la edad del paciente y a la distribución de las lesiones: la fase infantil, la fase de la niñez y la fase del adulto, cada una con características físicas particulares. Las manifestaciones cutáneas de la atopía representan a menudo el principio de la marcha o camino atópico. En base a varios estudios longitudinales, aproximadamente la mitad de los pacientes con DA desarrollará asma, particularmente con DA severa y dos tercios desarrollarán rinitis alérgica.
Los niños que padecen dermatitis atópica y que no han sido correctamente controlados tienen una calidad de vida más deteriorada, llevando sus familias una enorme carga económica y sicológica. Los pacientes con DA están en riesgo creciente para desarrollar otros desórdenes atópicos, incluyendo el asma. Una sensibilización temprana y una mayor severidad de la enfermedad se correlacionan con un riesgo más alto para desarrollar asma, lo que sugiere un papel importante de la sensibilización percutánea a través de una deteriorada barrera atópica. En resumen, las terapias intensivas con principios antihistamínicos que modifiquen la severidad de la DA en lactantes y niños jóvenes tendrían la capacidad de disminuir el riesgo para el eventual desarrollo de asma.
Fuente bibliográfica
J Allergy Clin Immunol 2003 Dec; 112(6 Suppl):S118-27