Enfermedades neurodegenerativas
El ejercicio físico en enfermos de Alzheimer reduce estados de depresión y mejora la calidad de vida
Un estudio publicado en la revista "JAMA", edición del 15 de octubre del 2003, y realizado por investigadores de la Universidad de Washington, Seattle (Estados Unidos), planteó determinar si un programa de ejercicios, combinado con un entrenamiento asistido a través de un asistente profesional, era capaz reducir la dependencia funcional y retrasar la internación de pacientes que ya habían desarrollado Alzheimer. Para ello, diseñaron un ensayo controlado de selección al azar, incluyendo a 153 enfermos de la comunidad, los cuales habían sido registrados entre junio de 1994 y abril de 1999.
En la intervención, dichos pacientes fueron aleatorizados en dos grupos. Quienes cuidaban a los enfermos, fueron instruidos para proporcionar cuidados médicos de rutina a 77 pacientes, mientras que otro grupo de 76 pacientes, se les aplicó un plan que consistía en el aprendizaje de un programa de ejercicios físicos, así como también, el estar preparados para afrontar la presencia de problemas conductuales. El programa de ejercicio físico se realizaba en el mismo hogar de cada enfermo, con un periodo de duración de tres meses y al menos con 60 minutos semanales de entrenamiento.
Como resultado, ya a los 3 meses se demostró que los enfermos sometidos al programa de ejercicio presentaban un mejor estado físico, al compararlos con aquellos pacientes que integraban el grupo de cuidado médico rutinario, además, los primeros tuvieron menos probabilidades de tener que ser internados en residencias debido a trastornos de comportamiento. A los 2 años de evaluación, los pacientes con actividad física programada continuaron teniendo un funcionamiento físico mejor que aquellos pacientes del grupo control y demostraron una menor tendencia de ingresos en instituciones especializadas debido a problemas de comportamiento (19% contra 50%). Incluso para pacientes con niveles altos de depresión, estos mejoraron considerablemente más durante los 3 meses (según escala de Hamilton de grados de depresión), manteniendo la mejoría más allá de 24 meses.
Es así, que los investigadores concluyen, que una actividad física programada y asistida en adultos con Alzheimer, estaría asociada a una reducción de la depresión. Obtenidos estos resultados, entonces la asociación entre el aumento de los niveles de ejercicio físico y la salud en el adulto mayor resulta faborable. Por esto, resulta claro que el potencial de beneficios para la salud de un simple programa de ejercicios en el adulto mayor con demencia no debería de pasarse por alto, más aún, la practica de ejercicios combinados y la educación del manejo de técnicas conductuales, traen como resultado, no sólo una mejora de la salud física, sino que además, menores niveles de depresión en pacientes enfermos de Alzheimer.
Fuente bibliográfica
JAMA 2003; 290:2015-2022