En pacientes con resección del intestino delgado
Suplemento de vitamina D por vía oral sería parte de un esquema racional para tratar su carencia
Gastroenterólogos daneses de la Universidad de Copenhague se propusieron evaluar la prevalencia de deficiencia de Vitamina D en pacientes con resección del intestino delgado, y así examinar su relación con la hormona paratiroidea (HPT), los marcadores bioquímicos de recambio óseo y la densidad mineral ósea (DMO). El estudio, que se realizó en conjunto con otro que medía la absorción de energía intestinal, seleccionó pacientes a quienes se les había resecado el intestino delgado, debido principalmente por enfermedad de Crohn, los cuales presentaban índices de malabsorción intestinal de más de 2.0 MJ/día. Todos los pacientes reunidos tenían un remanente de intestino delgado igual o menor a 200 cm y con una resección de más de 150 cm.
La deficiencia de vitamina D fue definida como concentraciones inferiores o iguales a 8 ng/ml de 25(OH)D, metabolito de la vitamina presente en la sangre. El nivel normal-bajo fue definido entre 8 y 15 ng/ml, mientras que los niveles normales referían sobre los 15 ng/ml. A su vez, se excluyeron aquellos pacientes con nutrición parenteral, con enfermedad inflamatoria intestinal, con discapacidad renal, con signos bioquímicos de cirrosis hepática e ingesta de medicamentos que pudiesen afectar la activación de la vitamina D, tales como colestiramina o anticonvulsivantes. En total se invitaron a 76 pacientes, 42 de los cuales aceptaron participar en el estudio, de ellos 18 eran hombres y 24 mujeres, todos con un mínimo de 2 años desde que sufrieron la resección de su intestino.
El análisis bioquímico incluyó la medición de los niveles séricos de 25(OH)D. Este metabolito de la vitamina D es convertido en el riñón por la HPT a metabolito activo 1,25 (OH)2 D, el que también fue analizado mediante inmuno ensayo. También se analizaron los niveles de HPT, osteocalcina sérica y fosfatasa alcalina, todos asociados al incremento de los rangos de recambio óseo involucrados en la pérdida de mineral. De igual manera, los marcadores de reabsorción ósea, piridinolina y doxipiridinolina urinaria, también se incluyeron en el análisis, además de las concentraciones de calcio.
La concentración promedio de 25(OH)D fue de 13,4 ng/ml, significativamente baja respecto a los niveles de referencia considerados normales, 26,4 ng/ml. La carencia de vitamina D (concentraciones menores a 8ng/ml de 25(OH)D) fue encontrada en el 38.1% de los pacientes, acompañada por concentraciones elevadas de PTH, además de un aumento perceptiblemente de los marcadores de resorción ósea. Por último, concentraciones bajas de 25(OH)D se correlacionaron fuertemente con niveles más bajos de densidad mineral ósea de la espina dorsal y de la cadera.
La hipersecreción de HPT juega un rol importante en la patogénesis de la pérdida de mineral óseo en los pacientes con deficiencia de vitamina D, altos niveles de esta hormona se presentó en la mayoría de los pacientes, estando correlacionada entonces con niveles de deficiencia de esta vitamina.
Los investigadores concluyen que la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D en pacientes con resección del intestino delgado, requiere de una estrategia más activa para combatir este déficit, siendo lo más racional, el uso de suplementos orales. La dosis óptima no fue analizada en este estudio, tampoco la vía más adecuada, pero su uso oral sería preferente, siendo a veces necesaria la vía parenteral en los casos que la anterior sea insuficiente.
Fuente bibliográfica
Gut 2003;52 (5): 653-8