Periodo perinatal
¿Se podría prevenir la parálisis cerebral?
Las mejoras en el cuidado obstétrico y neonatal han permitido una marcada declinación de los índices de lesión y muerte en madres y recién nacidos. El riesgo de inhabilidad neurológica en lactantes y niños se ha podido reducir a través de intervenciones tales como la administración de ácido fólico a mujeres embarazadas, inmunizaciones, minimizando la exposición a ciertos agentes tóxicos e incluso el uso apropiado de elementos de seguridad en los asientos de los automóviles. La parálisis cerebral es un conjunto de condiciones caracterizadas por trastornos crónicos del movimiento o de la postura y de origen cerebral, se presenta tempranamente en la vida y no es el resultado de una enfermedad progresiva. Esta condición, con frecuencia se ve acompañada por desórdenes de postura, de debilitación sensorial y de limitación cognoscitiva, siendo heterogénea en sus manifestaciones y su causalidad.
Los avances en medicina han conducido a la expectativa de poder prevenir la detención cerebral, que es la forma más común de la inhabilidad crónica motora en los niños. El único estudio poblacional realizado en los Estados Unidos concluyó que un indicador importante del éxito en la prevención de la parálisis cerebral sería la disminución de su prevalencia, contrariamente de las expectativas iniciales, que señalaban que los avances en medicina perinatal, incluyendo el uso de monitoreo fetal y de cesárea, permitirían disminuir las tasas, lo cual no ha sido así. De igual manera, resultados de estudios en otros países, estarían de acuerdo con esa última conclusión, a excepción de una reciente investigación en lactantes de bajo peso de nacimiento. Para nacimientos totales y dentro de los subgrupos importantes definidos según peso de nacimiento y edad gestacional, las naciones industrializadas todavía no han tenido éxito en la reducción de la frecuencia de la parálisis cerebral.
Por otra parte, otro estudio indicó que las inyecciones de progesterona podrían reducir el riesgo de prematuridad, factor importante asociado al desarrollo de la parálisis cerebral, pero esto aún no se ha confirmado de ser realmente factible. En los Estados Unidos, los índices de pretérmino (menos de 37 semanas de gestación) y de muy bajo peso (menos de 32 semanas) se han mantenido constantes desde 1990.
En un artículo del NEJM, firmado por la Dra. Karin Nelson (Neuroepidemióloga, Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Accidente Cerebrovascular, Bethesda, Md, USA), se repasa brevemente la evidencia existente que apoya o no, la hipótesis de que la parálisis cerebral se podría prevenir con los medios disponibles, y especial atención se hace a la calidad de esta evidencia.
Para la Dra. K. Nelson, aunque la frecuencia de la parálisis cerebral no ha declinado y existen pocos elementos de riesgo específicos modificables, la atención a algunos factores que estarían asociados a un alto riesgo de parálisis cerebral podría ayudar a prevenir su desarrollo. Estos factores serían, por ejemplo, el accidente vascular encefálico (por trombofilia adquirida, infecciones, uso intravascular de catéteres, trombosis por cirugía), la infección intrauterina (toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes), el embarazo múltiple (estudios demuestran que se presenta hasta un 10% de incidencia en gemelos) y asfixia durante el nacimiento.
Ensayos e intervenciones preventivas para la parálisis cerebral, requerirán de estrategias concretas, especialmente en recién nacidos de término, las cuales deberían de ser algo diferentes a las propuestas para los infantes de alta prematuridad, pero para ambos grupos, grandes poblaciones de estudio serán necesarias para asegurar resultados concluyentes.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med 2003 Oct 30; 349 (18):1765-9