Guía de protección estomatológica
Consejos en la asistencia odontológica profesional para tratar pacientes con enfermedad de Alzheimer
La valoración a modo de consenso de dicho artículo, refiere a otra publicación previa editada en el Journal of the Arizona Dental Association, de los autores D. Pasillo y G. Pasillo, quienes comentan algunas estrategias básicas para proporcionar cuidado oral, ayudar a mantener la deglución y el peso en pacientes con demencia, con el fin de prevenir problemas bucales a larga.
Los síntomas tempranos del Alzheimer incluyen problemas con la memoria a corto plazo, conceptos de relación de los tiempos, juicio, capacidad de razonamiento, pensamiento abstracto, lectura comprensiva y el entendimiento del lenguaje oral.
Los programas de tratamiento necesitan considerar que los pacientes tienen sus capacidades disminuidas para el propio cuidado, además de la necesidad de mantener la nutrición, la prevención de infecciones y el requerimiento de sustentar la comodidad. De hecho, la falta de higiene puede ser uno de los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, las personas cognoscitivamente afectadas olvidan cepillarse los dientes, cómo cepillarse o pierden sus dentaduras postizas. Algunas no pueden encargarse de su propia higiene bucal, pero otras ni siquiera pueden comunicar las molestias o el dolor que ponen de manifiesto una afección más seria. Por tanto, a medida que progresa la enfermedad, la declinación funcional empeora, aumentando la dependencia de profesionales dentales.
Por otra parte, es importante que las personas que cuidan a los enfermos actúen oportunamente, tan pronto como sea posible después del diagnóstico de demencia. El objeto es lograr la mejor higiene bucal posible, a fin de preservar la buena salud y evitar la necesidad posterior de extensas curaciones, cuando el paciente quizás ni siquiera pueda tolerarlas. Se sugiere que todas las instrucciones y enseñanzas se den correctamente al prestador de los cuidados, así como también al paciente.
Los consejos para los odontólogos, respecto a la cita dental serían: solicitar que el paciente traiga su asistente para ayudarlo, mantener citas cortas de no más de 45 minutos, programar los encuentros según los mejores momentos del paciente, generalmente durante las mañanas, recordarle al paciente la cita dentro de las 24 a 48 horas antes de la prestación y tener presente que los pacientes con Alzheimer son capaces de autoexigirse más de lo que ellos mismos relatan. Igualmente es importante que el profesional tenga en cuenta que debería tener precaución adicional respecto de la medicación que recomienda, ya que la capacidad de tomar medicamentos es una de las primeras que se pierden al sufrir de Alzheimer. Además, cerciorarse de que el paciente vacíe la vejiga antes del tratamiento, que tenga la compañía de su asistente para aquellos momentos en que llegue a estar excesivamente nervioso, proveer el tratamiento con tanta tranquilidad y aislamiento como sea posible, y proporcionar la instrucción del cuidado recordativo de forma escrita, tanto al asistente que cuida al paciente como a el mismo.
En relación al régimen y tratamiento odontológico, los consejos descritos en el artículo, señalan: evitar programas de manejo que requieran un trabajo o cuidado costoso después del procedimiento, planear citas cortas y múltiples en comparación con pocas y largas. Prevenir procedimientos que compliquen el cuidado casero para el paciente o al asistente, utilizar anestésicos locales con duración lo más corta posible, evitar explicaciones largas del tratamiento, puesto que los pacientes no pueden conservar la información y aumentará su ansiedad, explicar a fondo el tratamiento y las instrucciones post práctica asistencial al encargado de la atención del enfermo y finalmente, seguir de forma paralela con el asistente la presencia de dolor o malestar, ya que aumenta la confusión o la agitación después de la visita.
Finalmente, según la Asociación Americana de la salud, sobre el 70% de los pacientes con Alzheimer, de cuatro millones, son cuidados en el hogar. Muchas personas encargadas del cuidado del paciente viven con él, pero otras tienen el desafío agregado de intentar manejar el cuidado desde lejos.
Fuente bibliográfica
Dental Assistant Jul/Aug 2003; 72 (4): 14