Dermatología y Venereología
El estrés psicológico retarda la respuesta al tratamiento en pacientes con psoriasis
La psoriasis puede presentarse bajo diversas formas clínicas. La más frecuente es la llamada vulgar, que suele comenzar en el cuero cabelludo, para aparecer después en otras zonas del cuerpo. La inversa, en cambio, se localiza en los grandes pliegues de la piel. Existen otras formas, más severas, también raras, que a veces toman toda la superficie cutánea y requieren de internación. No se han descubierto sus causas, pero sí su mecanismo, tratándose de una aceleración del proceso de renovación de la epidermis, capa más externa de la piel. Este proceso, que se produce desde la hilera de células basales hasta la superficie, normalmente dura un mes. En los pacientes con psoriasis se acorta sólo a una semana, lo que determina la formación de las escamas, constituidas por células muertas, característico de la enfermedad. Al mismo tiempo en la capa subyacente, la dermis, los vasos sanguíneos se dilatan e inflaman, lo que da un aspecto rojizo a las lesiones.
Por otra parte, diversas reacciones psicológicas no específicas aparecen durante el periodo de adaptación a los acontecimientos estresantes, pudiendo cambiar en intensidad y tipo, yendo de leves e infrecuentes a síntomas severos y refractarios que llegan a ser trastornos funcionales. Estas son expresadas con una gran variedad de síntomas psicológicos como alteración del sueño, somatizaciones o trastornos de ansiedad, depresión, obsesión, hostilidad, etc., y la evidencia científica, sugiere que el estrés psicológico puede tener un efecto negativo en la fisiología humana y particularmente en la de la piel. Recientemente se demostró que su función de “barrera natural” se veía significativamente deteriorada al inducirla ante factores angustiantes.
Los pacientes con psoriasis, al compararlos con sujetos normales, difieren en su patrón autonómico de respuesta al estrés, mostrando una mayor sensibilidad nerviosa, lo que exacerba la patología, exhibiendo finalmente discapacidad psicosocial. Para determinar si el denominado estrés psicológico afecta los resultados del procedimiento en el manejo de la psoriasis, dermatólogos ingleses (Universidad de Manchester, Manchester) e irlandeses (Hospital de la piel y el cáncer, Dublín) diseñaron un estudio de seguimiento en 112 pacientes psoriáticos crónicos que estaban bajo fotoquimioterapia PUVA (psoraleno-radicación ultravioleta), provenientes de unidades de dermatología de dos hospitales universitarios.
Determinaron la severidad clínica de la psoriasis, el estrés psicológico y de otros potenciales que pudiesen confundir el resultado del tratamiento, tales como fenotipo de la piel, antecedentes familiares e ingesta de alcohol antes de comenzar la terapia con PUVA. Los resultados determinaron una diferencia significativa entre el grupo de alto nivel de preocupación comparado con el de bajo nivel. Los pacientes que tenían niveles altos de preocupación presentaban casi el doble de probabilidades de no alcanzar la remisión de la enfermedad, dentro de una duración de tiempo similar, que aquellos pacientes con niveles de preocupación más bajos, de hecho, existió una diferencia de 19 días, como promedio, a la hora de curar la enfermedad, entre uno y otro grupo.
Las conclusiones del estudio se apoyan que el estrés psicológico, expresado en forma de preocupación excesiva, tiene un perjudicial y significativo efecto en el resultado del tratamiento en pacientes que padecen psoriasis. Aquellos que están clasificados con un alto nivel de preocupación pueden beneficiarse de una intervención psicológica, antes y durante el tratamiento. Estos resultados, además proporcionarían evidencia adicional de la existencia de un eje cerebro-piel.
Fuente bibliográfica
Arch Dermatol 2003 Jun; 139(6):752-6