Oncología Infantil
Alta prevalencia de riesgos médicos y psicosociales en edad adulta para personas sobrevivientes de cáncer pediátrico
El desarrollo e implementación de nuevos tratamientos oncológicos en la edad pediátrica ha aumentado las expectativas de vida en esta población, pero también ha generado la oportunidad para investigar el impacto de este manejo médico durante los siguientes años de vida, hasta la edad adulta. El efecto y las secuelas de dichos tratamientos, incluyen disfunción neurocognitiva, toxicidad cardiopulmonar, endocrinopatías y otras enfermedades. Si bien, la frecuencia y severidad de la mayoría de las secuelas derivadas de los tratamientos oncológicos esta bien documentada a nivel de parámetros como la edad y el sexo, se encuentra poco descrito el impacto del cáncer mismo y sus tratamientos en la calidad de vida de los pacientes a través del tiempo.
Es por lo anterior, que la revista JAMA, en su número del 24 de septiembre del 2003, acaba de publicar los resultados de un reporte del “Childhood Cancer Survivor Study”, que en una de sus conclusiones más importantes, determinaron que los sobrevivientes de un proceso oncológico en la edad temprana de la vida tienen un riesgo por sobre dos veces más de presentar problemas serios de salud, que la población que no ha padecido cáncer.
Los investigadores, en un estudio de seguimiento a largo plazo, evaluaron el estado de salud de 9.535 adultos, supervivientes de un cáncer pediátrico, diagnosticados entre 1970 y 1986. El grupo de comparación estuvo representado por sus hermanos (2.916), quienes no habían padecido ningún proceso oncológico. Los parámetros valorados fueron: estado de salud, salud mental, condición funcional, limitaciones de la actividad, dolor relacionado con el cáncer y, en último término, el temor o la ansiedad relacionados con el cáncer.
Los resultados finales obtenidos fueron que los supervivientes, en comparación con sus hermanos, mostraron un incremento de la probabilidad de ocurrencia de problemas de salud en general, de hasta 2.5 veces. En detalle, por ejemplo, respecto de los efectos en la salud mental, el incremento fue de hasta 1,8 veces, en las limitaciones de la actividad de hasta 2,7 veces y de malestares funcionales de hasta 5,2 veces. El 44% de los supervivientes mostraron al menos un parámetro de salud afectado. Los factores de riesgo asociados fueron el pertenecer al sexo femenino y el bajo nivel educacional. Además, los sujetos que sobrevivieron a tumores óseos, tumores del SNC o sarcomas presentaron, en comparación con los supervivientes de leucemia, un parámetro de salud afectado adicional.
Confirmando la evidencia de que los supervivientes presentan un mayor riesgo de tener peor salud en la edad adulta, la Dra. Cindy L. Schwartz (Johns Hopkins Hospital, Baltimore, EE. UU.), comenta en la editorial del mismo número, que nada sorprende, pues es bien sabido que los tratamientos oncológicos afectan virtualmente a todos los órganos del cuerpo. Asimismo, especifica que curar implica más que la erradicación del cáncer: comprende la restauración de la salud a largo plazo.
Los investigadores concluyen que, los sobrevivientes de un proceso oncológico en la niñez, deberían ser objeto de mayor cautela con los riesgos de esta población específica, especialmente con las mujeres, y más con aquellas con un nivel educacional bajo e ingresos económicos familiares reducidos. Por lo tanto, los médicos deberían ser conscientes de los riesgos adversos potenciales que pudiesen presentarse en los adultos que cursaron en su niñez un cáncer determinado y evaluarlos periódicamente durante el transcurso de sus vidas.
Fuente bibliográfica
JAMA 2003;290: 1583-1592, 1641-1643