Psiquiatría
Trastorno bipolar infantil puede prolongarse hasta la adultez
En vista de los recientes datos sobre el enorme aumento en el diagnóstico clínico del trastorno bipolar I (TB-I) pediátrico, y habida cuenta del creciente interés de los medios de comunicación en este ámbito, existe una necesidad convincente para establecer la credibilidad de los criterios diagnósticos de la manía incluidos en el DSM-IV durante la infancia. Lamentablemente, el escepticismo acerca de la existencia del trastorno bipolar pediátrico continúa.
La doctora Barbara Geller y colaboradores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Washington, en San Luis, Estados Unidos, investigaron la continuidad de la enfermedad desde la edad infantil hasta la adultez y las características de los episodios futuros, a través de un estudio prospectivo, ciego y controlado. Los autores dieron seguimiento a 115 niños con edad promedio de 11,1 años, diagnosticados con trastorno bipolar, mixto o en fase maníaca, con 1 ó 2 síntomas cardinales (euforia o grandiosidad) y puntuación de 60 o menos en la Escala de Evaluación del Funcionamiento Global para Niños (CGAS, por sus siglas en inglés). Se aplicaron entrevistas por separado a padres e hijos.
El 93,9% (n = 108) de los niños completaron las evaluaciones en cada una de las 9 visitas realizadas. El 60,2% de las semanas se presentaron con algún episodio de estado de ánimo y el 39,6% con episodios de manía, durante 8 años de seguimiento. El 87,8% de los individuos se recuperó de la manía, pero el 73,3% recayó. Igualmente, en la psicopatología familiar, la baja acogida maternal predijo recaídas maníacas, y más tiempo con episodios de manía fue predicho por una baja calidez materna y menor edad de referencia. En comparación al primer evento, el segundo y tercer episodio de manía se caracterizaron por la presencia de psicosis, todos los días y de larga duración (55,2 y 40,0 semanas, respectivamente), pero significativamente inferior al primer evento. En 8 años de seguimiento, 54 sujetos tenían 18 años de edad o más, en quienes, el 44,4% sufrió episodios maníacos y el 35,2% trastornos por uso de sustancias.
En conclusión, los autores observaron un incremento de niños con TB-I, en quienes, el 44,4% de ellos seguía teniendo episodios de manía, 13 a 44 veces superior a la prevalencia de la población, con muchas posibilidades de recaída. La tasa de uso de medicamentos en los niños TB-I fue similar a los adultos con la afección.
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