Los adolescentes son especialmente vulnerables a las adicciones
Antecedentes epidemiológicos muestran que la experimentación con sustancias adictivas y el comienzo de las adicciones se concentran en la adolescencia y en adultos jóvenes. Adicionalmente, existen antecedentes que demuestran que el desarrollo neurológico en los adolescentes es un período biológicamente crítico que presenta mayor vulnerabilidad para experimentar con sustancias potencialmente adictivas.
Al analizar estudios básicos y clínicos relativos a jóvenes, encontraron que los desórdenes en el comportamiento de los adolescentes relacionados con dependencias o adicciones son en realidad desórdenes del desarrollo neuronal.
El artículo publicado en The American Journal of Psychiatry, concluye que el neurodesarrollo en los adolescentes, involucra cambios en la organización y función cerebral caracterizada por una mayor influencia de sustratos que promueven la motivación en un ambiente de sustratos inhibitorios inmaduros. Mayores conductas motivacionales para nuevas experiencias asociado a un sistema de control inhibitorio inmaduro podría predisponer a desarrollar acciones impulsivas y comportamiento de mayor riesgo.
Este proceso biológico, es independiente de los aspectos socioculturales en los que estas personas desarrollan su vida, lo que introduce una nueva perspectiva para el tratamiento de las adicciones en los jóvenes. Por este motivo, las adicciones juveniles deben ser contempladas como desórdenes del desarrollo psicológico y la atención de los terapeutas debe concentrarse especialmente en este período de la vida de las personas para su tratamiento y prevención.
El impacto del uso de psicofármacos para el tratamiento del déficit atencional y la hiperactividad en niños y adolescentes sobre el desarrollo del neuro circuito motivacional es poco claro y a la fecha se han reportado algunos resultados favorables y otros desfavorables.
Los autores proponen identificar los subgrupos de adolescentes con mayor vulnerabilidad de adicciones, desarrollar estrategias preventivas basadas en evidencia y el mejorar los tratamientos farmacológicos y psicosociales como importantes áreas de acción para reducir el gran impacto del abuso de sustancias en nuestra sociedad.
Fuente bibliográfica
Am J Psichiatry 2003; 160 (6): 1041-1052