Infecciones condicionan supervivencia de los pacientes luego de un transplante hepático
El mayor riesgo de infección que enfrentan los pacientes con transplante hepático, se explica en parte por el estado de inmunosupresión relativa que enfrentan, junto con el riesgo de complicación quirúrgica que puede surgir en relación con la anastomosis de la vía biliar y/o las trombosis arteriales que son con frecuencia punto de origen de infecciones bacterianas y fúngicas. También el tratamiento inmunosupresor que reciben los pacientes, juega un papel importante en el mayor riesgo de infecciones.
Un reciente estudio publicado en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica del año 2003, describe que dos de cada tres pacientes que reciben un transplante hepático presentan una infección, que puede ser bacteriana, viral o fúngica. La existencia de estas infecciones es quizás el factor más importante que condiciona el pronóstico del paciente transplantado.
El estudio fue diseñado con el fin de determinar la incidencia y factores de riesgo asociados con el primer episodio de infección bacteriana, fúngica o por citomegalovirus, y cómo éstas infecciones podrían influir en la supervivencia de los pacientes transplantados. Se analizaron 165 transplantes realizados en 152 receptores entre los años 1994 y 1998.
Los resultados mostraron que el 66% de los pacientes presentaron una infección: 41,8% viral, el 33,9% bacteriana, el 20,6% fúngica, y el 4,2% fúngica invasora. La supervivencia tras el transplante fue del 90% el primer año, 85% el segundo año y 75% al cuarto año. Las infecciones originaron el 40% de la mortalidad global. La presencia de una infección se relaciona con mayor riesgo de mortalidad durante el seguimiento.
La diálisis, ventilación mecánica y el tiempo de isquemia fría del injerto se asociaron con mayor riesgo de infección bacteriana. El número de horas de cirugía y la cifra de albúmina plasmática antes de la intervención se asociaron con mayor riesgo de infección fúngica. El número de unidades de sangre transfundidas, el valor de la albúmina plasmática previa y el re-transplante se asociaron a un mayor riesgo de infección fúngica invasora.
Los autores concluyen que las infecciones suponen un problema importante en los pacientes transplantados de hígado. Es necesario por tanto, diseñar estrategias para reducir la tasa de estas infecciones que pueden condicionar el éxito de una técnica costosa en todos los aspectos. Reconocer los factores de riesgo que se asocian a una mayor tasa de infecciones puede ser un primer paso para determinar qué pacientes van a precisar una vigilancia más estrecha y un tratamiento precoz.
Fuente bibliográfica
Enferm Infecc y Microbiol Clin 2003, 21 (5): 224-31