Previous Page  16 / 20 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 16 / 20 Next Page
Page Background

subterráneo y éramos vecinos de Neurología

Infantil. Es imposible olvidar el primer día:

los pacientes y nosotros perdidos, la auxiliar

trataba de abrir las puertas del box, tarea que

ese día fue imposible por lo que sólo pudimos

hacer recetas sobre la espalda de los pocos

pacientes que lograron encontrarnos. Más de

una vez se apagó la luz y como no había luz

natural en nuestro subterráneo conseguíamos

velas para lograr ver la columna de mercurio del

esfingomanómetro y anotar en la ficha.

Algunos días, cuando llegábamos, teníamos que

abrirnos paso en el pasillo que era sala de espera

de Neurología y que había que atravesar para

llegar a nuestro Poli, había una multitud de

madres y pacientes convocados por el

Dr. Villarroel quién encaramado en una banca

hacía sus charlas educativas sobre epilepsia y

otros tópicos a voz en cuello. Nunca me quedó

claro si en medio de todo ese bullicio alguien

lograba escucharlo aunque todos parecían

muy atentos.

En otros pisos se ubicaron las otras

especialidades, creo que sólo Endocrinología

pudo permanecer en el Hospital.

A esas alturas el Servicio de Pediatría ya

estaba instalado en la mitad del octavo piso

del Hospital nuevo. De la Torre Pediátrica de la

que tanto escuchamos hablar, ni señas.

Transcurrieron varios años en esas condiciones

hasta que la Posta Infantil se trasladó a su

nuevo recinto en el zócalo del Hospital y

dejó libre sus antiguas instalaciones.

Intentamos volver al Hospital a ese espacio

siguiendo los pasos del Dr. Fernando Novoa

Sotta que en un acto heroico y casi de fuerza

se trasladó a ese lugar con su Poli de Neuro;

como todavía quedaba espacio porfiamos hasta

que bien iniciado los noventa logramos la

autorización para el traslado.

En lo que había sido la sala de hospitalización

de la Posta (más o menos

35

a

40

mts.

cuadrados) se instalaron paneles y se hicieron

con estas divisiones

4

a

5

boxes de atención

(al más puro estilo COPEVA se escuchaba todo

de todas partes) y un hall de distribución donde

se instalaron las auxiliares, algunos ficheros y

estantería para radiografías, allí se instaló el

Poli de Nefrología y Gastroenterología y luego

se sumaron Nutrición, Reumatología, Inmunología

e Infectología recientemente incorporados a la

atención ambulatoria.

¿Cómo logramos coordinarnos para que nueve o

diez médicos pudiéramos atender varias veces

en la semana en ese espacio? (sala de espera

incluida), es difícil de explicar, incluso Eduardo

Chávez se las arregló para instalar el Pabellón

donde inició las Endoscopías digestivas altas,

allí mismo.

La falta de mantención del lugar, el hacinamiento

jugaron en contra, pero seguimos estoicamente

funcionando y buscando otros espacios para

quienes aún estaban en el Consultorio N

º

1

.

Broncopulmonar llegó un tiempo después a

instalarse en el

2

º

piso de una de las antiguas

construcciones del Arriarán, el edificio conocido

como Petronila Salamanca (ahora funciona allí el

médico del personal). Se acomodó mejor,

pintando y arreglando las instalaciones y

ubicando en un lugar destacado el antiguo

16