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13

Éste déficit conlleva consecuencias clínicas en

distintos sistemas. El año

2010

, en la Universidad

Carolina de Praga y el Hospital Universitario

General de Praga, se analizó cuáles eran las

consecuencias clínicas y metabólicas en

40

lactantes amamantados, con déficit nutricional

de Vitamina B

12

, secundario a déficit de dicha

vitamina en la madre. Los resultados arrojaron lo

siguiente: del total de los niños,

48

% presentó

retrasodel crecimiento,

40

%hipotonía,

38

%retraso

del desarrollo y

23

% microcefalia.

63

% tenía

anemia (megaloblástica en el

28

% de éstos).

La totalidad de los lactantes, excepto uno,

presentó aciduria metilmalónica, un

80

%

hiperhomocisteinemia y

87

% mostraban aumento

de las aminotransferasas

(9)

. Así, la disminución de

vitamina B

12

en el lactante se asocia a una serie

de consecuencias a nivel clínico.

Durante el período de lactancia, los requerimientos

de calcio incrementan y en una mujer vegetariana,

los niveles de vitamina D y calcio podrían ser

demasiado bajos. En la Universidad de Cincinnati

en el año

1987

se realizó un estudio para

determinar la relación entre una dieta vegetariana

por parte de la madre durante la lactancia e

indicadores bioquímicos de la vitamina D (usando

como indicador la concentración sérica de

25

-hidroxivitamina D,

25

(OH)D) y la homeostasis

del calcio. Se midieron dichos parámetros en

mujeres bajo dieta macrobiótica, y mujeres en

dieta omnívora, para establecer una comparación.

Los resultados fueron que la concentración

plasmática de

25

(OH)D en mujeres vegetarianas

fue inferior en comparación a mujeres no

vegetarianas (P <

0,001

). Respecto a los niveles

de calcio, se utilizó la concentración de

1,25

(OH)

2

D como referencia, considerando que altas

concentraciones de

1,25

(OH)

2

D indicarían una

mayor necesidad de calcio. Madres vegetarianas

tenían concentración plasmática de

1,25

(OH)

2

D

superiores comparado con madres no vegetarianas

(p <

0,001

). Sin embargo, al comparar el contenido

de calcio en la leche de ambos grupos, se dieron

cuenta de que no era significativamente distinto,

por lo que no determinaría un menor aporte del

nutriente al lactante. Respecto a la vitamina D,

esta siempre se encontrará en niveles bajos en la

leche materna, incluso con un consumo elevado

por parte de la madre

(10)

.

Aún cuando la alimentación de la madre durante

el período de lactancia debe ser lo más completa

posible y aún sabiendo que no se justifica eliminar

alimentos de su dieta, hay casos como madres

vegetarianas en que puede buscarse caminos

alternativos en que no se vea afectado el desarrollo

del niño y tampoco se infrinja la ideología de la

madre. Como bien se dijo en esta revisión, una

dieta planificada, bajo supervisión médica, podría

suplir el déficit nutricional que conlleva una

alimentación vegetariana. Para ello, es necesario

que la madre tome ciertas precauciones, como el

variar su dieta para obtener nutrientes que otorga

la carne, el pescado, el huevo y alimentos que

dejan de consumir por ser vegetarianas, poniendo

especial énfasis en alimentos que contengan

hierro, vitamina B

12

, calcio y vitamina D. Se debe

aumentar la ingesta de frutos secos, legumbres,

algunas verduras como espinaca, brócoli y acelga,

y papas. Además, consumo de lácteos, entre ellos

mayor aporte de leche, yogur, queso, etc. Junto

con el cambio en los hábitos alimenticios, tanto

la madre como el lactante pueden requerir

suplemento de vitamina B

12

y vitamina D.

Tomando éstas precauciones una mujer

vegetariana, podría concertar su opción

alimenticia, con una buena salud para

su hijo.

Abril

2013.

Volumen

12

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N

°

52