

will review the factors relating to eye and vision problems associated with computer
work and provide recommendations for preventing or reducing their development.
The major contributor to CVS symptoms by far appears to be dry eye. Treatment
requires a multidirectional approach combining ocular therapy with adjustment of the
workstation, including the use of artificial tears, breaks during the workday, adequate
lighting and working posture.
Key words: Computer Vision Syndrome, computer, dry eye.
INTRODUCCIÓN
Hace alrededor de 20 años el advenimiento de
los computadores produjo un gran revuelo a
nivel internacional. No sólo permitió avanzar
con mucha mayor rapidez en las actividades
diarias de oficina, sino que también facilitó
el registro de distintos tipos de información,
entre otros tantos avances.
Con su llegada, una serie de actividades
que previamente se realizaban de manera
independiente y espaciadas entre ellas, como la
lectura y redacción de documentos, los cálculos
matemáticos, las tabulaciones, los gráficos,
etc. pasaron a condensarse y ejecutarse en
un sólo aparato: el computador.
Antes de su llegada, cada actividad requería
de una postura y visón diferente, permitiendo
la interrupción de la actividad previa por un
lapso de tiempo, que aunque fuese corto,
otorgaba un breve descanso.
Con la llegada de los computadores ya no fue
necesario moverse del escritorio, cambiar de
posición o visión para realizar cualquiera de
estas actividades. Los tiempos de trabajo se
redujeron, mejorando la calidad, la producción
y la eficiencia en las distintas áreas en donde
se dispusiera de este aparato.
(1)
Pero esta creciente popularidad no sólo se
produjo entre los usuarios más avanzados
que requerían del uso de computadores para
su trabajo, sino que también fue creciendo el
interés entre aquellos usuarios domésticos.
Tanto así, que en U.S.A. hacia el año 1990
se estimaba que un 15% de los hogares
contaba con al menos un computador,
cifra que ascendió en los últimos años a un
50%
(1,2)
.
Al analizar datos nacionales en la Encuesta
CASEN del año 2000, observamos que en un
16,9% de los hogares del país hay al menos
un computador. Esta cifra, que indica una
penetración más bien escasa del computador
personal, presenta grandes diferencias entre los
diversos quintiles de ingresos. Evidentemente
por tratarse de tecnologías de mayor costo,
entre los quintiles más pobres sólo una
escasa minoría cuenta con ellos. Así, en el
primer y segundo quintil sólo el 2,1% y 4,4%,
respectivamente, cuenta con al menos un
computador en su hogar. En cambio, entre
los hogares más ricos, correspondientes al
quinto quintil, la cifra se eleva a un 46,6%,
porcentaje similar al descrito para la población
general de usuarios en U.S.A.
(2,3)
Por otra parte, esta misma encuesta revela
Anales Oftalmológicos
Tomo V Vol. IV N˚2 2008 Santiago - Chile