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En 1994 la Organización Mundial de la Salud proclamó el 21 de septiembre como Día Internacional del Alzheimer, enfermedad neurodegenerativa e irreversible que podría afectar a cerca de 70 millones de personas en 2030 y 131 millones en 2050.

Las proyecciones de la entidad internacional preocupan y fueron el marco de actividades desarrolladas en distintos países para generar conciencia en la población sobre sus alcances. En la actualidad más de 50 millones de personas sufren la patología u otras demencias y son escasas las naciones a nivel global que cuentan con una política o estrategia de apoyo a pacientes, familiares y cuidadores.

La enfermedad de Alzheimer daña progresivamente la función cognitiva y funcional, manifestándose con cambios en el estado de ánimo y episodios de confusión, desorientación, intranquilidad, agnosia, incapacidad para llevar a cabo movimientos intencionados y alucinaciones, alteraciones que se sitúan, principalmente, en áreas temporoparietales de la corteza cerebral.

Es más frecuente en mujeres y las causas se desconocen, sin embargo, en las últimas décadas se han dado pasos relevantes en cuanto a diagnóstico y tratamiento. “El alzhéimer no puede prevenirse, pero sí retrasarse. Para eso es bueno llevar una buena calidad de vida, mantenerse alegre, de buen ánimo, combatir la depresión, seguir una dieta saludable con alimentos que contengan Omega 3 y vitamina C”, comenta la doctora Marta Sady Galeano, jefa del Departamento de Neurología de Adultos del Hospital de Clínicas.

Para la especialista, también es importante descansar por las noches, leer libros, estudiar idiomas o historia y tener una vida social activa, “ya que está demostrado que aquellos individuos que comparten tienen mejor expectativa desde el punto de vista de la memoria. Por eso se dice que la fórmula ideal para fortalecer el cerebro es dormir bien, evitar grasas saturadas y realizar actividad física”.

Igualmente, agrega, “las personas que no fueron a la universidad tienen más predisposición a desarrollarla, ya que el estudio favorece la formación de sinapsis, o sea, de conexión entre las neuronas. Influyen también el traumatismo de cráneo, la trisomía 21; la raza también tiene mucha incidencia, siendo más frecuente en los latinos, japoneses y asiáticos”.