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La otoneurología es una subespecialidad de la otorrinolaringología que se dedica al diagnóstico y tratamiento de pacientes con trastornos de la audición y del equilibrio como vértigo, mareos e inestabilidad, valiéndose tanto de criterios y maniobras clínicas, como de los más avanzados recursos tecnológicos.

La doctora Sheila Leguizamón es parte del reducido equipo de profesionales que se ha desarrollado en este campo en Paraguay. Formada como médica en la Universidad Nacional de Itapúa, siguió con su residencia en otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello en el Hospital Central del IPS para luego subespecializarse en los Hospitales Británico y José de San Martín en Buenos Aires, Argentina.

En un alto a su apretada agenda de fin de año, vacaciones incluidas, la directora médica de Equilibrium e integrante de la Sociedad Paraguaya de Otorrinolaringología y Fundación Iberoamericana de Neurootología, se refirió al presente y desafíos de la subespecialidad en el país, así como al impacto en la población de las afecciones que aborda.

“Desde que empecé mi formación en otorrinolaringología me di cuenta de que muchísimos pacientes sufren de patologías de la audición y del equilibrio con un gran impacto en su calidad de vida, incluso con una limitación de sus actividades cotidianas, que recorrían diferentes especialidades sin encontrar una solución”. 

Para la doctora Leguizamón, aunque actualmente existe mayor conocimiento, capacitación e investigación, la escasa cantidad de subespecialistas y el difícil acceso a los recursos tecnológicos deja a un porcentaje importante de la población sin cobertura.

“La incidencia de los trastornos de la audición y del equilibrio es variable, pero a nivel mundial afectan a millones de personas. La edad, exposición a ruidos, patologías de base y la predisposición genética son factores que influyen en su desarrollo”, enfatiza.

- ¿Qué tan comunes, tanto en urgencia como en la consulta ambulatoria, son los padecimientos agudos y crónicos asociados al sistema vestibular central y periférico?

Bastante. La prevalencia del vértigo en población general es de 3% a 7%, y de 17% a 30%, si incluimos mareo o desequilibrio.

- ¿Qué adelantos tecnológicos mejoran la capacidad diagnóstica?

En los últimos años la aparición de la prueba de impulso cefálico video asistido (vHIT) constituye una herramienta muy útil para evaluar el funcionamiento del sistema vestibular. Durante esta se registran movimientos oculares en respuesta a desplazamientos rápidos y breves de la cabeza. Esto permite examinar la actividad de los seis canales semicirculares del oído interno, que junto con los potenciales evocados auditivos vestibulares que miden la función utricular y sacular, nos entregan información completa.

- Más allá de este avance, en general, ¿existe subdiagnóstico?

Sí, sobre todo tenemos un gran retraso entre la aparición de los primeros síntomas y la consulta con el subespecialista. Pero gracias a las campañas de difusión, la formación médica continua y los adelantos tecnológicos, hoy se logran diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos.

- ¿Quiénes fueron los precursores de la otoneurología en Paraguay?

El doctor Arturo Campos fue el pionero hace más de 25 años, luego las doctoras Mireya Ramírez y Mirtha Báez siguieron con su desarrollo sirviéndonos como modelos y guía a los médicos que nos formamos posteriormente. Es un campo en el que hay mucho por seguir haciendo, sobre todo en investigación y programas de formación para poder llegar a más personas.

En 2019, en un proyecto conjunto con la doctora Mireya, abre sus puertas Equilibrium, un centro para la evaluación integral de los pacientes con estas patologías, donde además de médicos trabajan profesionales del área de la fonoaudiología y kinesiología. Todo el equipo se capacita continuamente con cursos en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. 

- ¿Cómo buscan fortalecer el desarrollo de la subespecialidad?

Mediante la formación y capacitación organizando cursos, talleres y conferencias para profesionales de la salud interesados en el área. Se debe invertir en tecnología y equipamiento, fomentar la investigación local y realizar campañas de concientización y educación pública sobre la importancia de la salud auditiva y vestibular.

Tenemos que implementar centros especializados en otoneurología en las principales ciudades del país, con personal capacitado para ofrecer diagnósticos precisos. Es parte de nuestro trabajo desarrollar y actualizar regularmente protocolos y guías clínicas basados en evidencia científica para el manejo asegurando estándares de atención de calidad.   

Por Óscar Ferrari Gutiérrez